¡Viva la Reina Dña. Sofía!
Pues sí señor; mucho debate sobre diversos conceptos, dificultades y dolores de las mujeres y, el ejemplo más triste de una mujer convertida en «cosa», lo tenemos ahí mismo, cerca de la obra de teatro dramática más increíble que estamos presenciando (y viviendo): las historias del antiguo Rey Juan Carlos.
Por cierto: ¿qué titulo tiene ahora la anterior Reina? ¿Sigue siendo la Reina Sofía? ¿Es también Reina Emérita Dña. Sofía? ¿Ya no tiene título alguno y se puede llamar la Antigua Reina Dña. Sofía? No lo sé y lo pregunto con una cierta solemnidad.
¿Cómo se debe llamar ahora oficialmente a la esposa del antiguo Rey D.Juan Carlos?
Todo esto de las denominaciones no son temas menores en el contexto de una Monarquía, no lo olvidemos, pero lo que estamos viviendo es el drama de un matrimonio (sí, de un matrimonio) cuyos desgarros rozan por un lado el dolor y por el otro el ridículo. ¡Qué tiempos tan bellos arrojados a la basura del Palacio Real por el que fuera Rey y actor máximo!
¿Alguien ha oído una queja o la ha leído de parte de la Reina Dña.Sofía? Nadie. Un silencio terrorífico se ha instalado en nuestro país «como si tal cosa». Nadie parece sentir la menor solidaridad con la Reina Dña. Sofía. Hubiera bastado un día de expresiones doloridas y reproches oficiales, para que hoy fuera la figura más importante como contraste brutal con el que fue Rey. Y no olvidar que la secuencia padres y madres/hijos e hijas, es crítica en una monarquía.
Y no lo puedo olvidar: D. Juan Carlos fue Rey cargado de sospechas cuando estaba (y así sigue) casado con Dña. Sofía.
A mí me ha ofendido el que fuera Rey; a su esposa no hay palabras para explicar lo que le ha hecho.
Os pido repitáis conmigo muy bajito: «¡Viva la Reina Dña. Sofía»!
Original en luissolana.com