VICTORIA INMERECIDA DEL REAL MADRID

El Real Madrid  ganó 1-2 al Celta en Vigo, pero lo hizo sin convencer. No mereció los tres puntos si de lo que hablamos es de juego y de fútbol. Eso lo puso el Celta de Vigo que superó y de qué forma, a un atolondrado Real Madrid que continúa en la fase de desajuste.
   Si ganó en Vigo fue por la genialidad de cuatro de sus jugadores. Primero,por Courtois qué de nuevo estuvo en plan de salvavidas. Segundo, el golazo de Mbappé, que vino precedido de un fallo defensivo del rival pero que después hay que meter ese golazo. Tercero, por el pase magistral de Modric a Vinicius, el cuarto hombre, que definió a la perfección. En una palabra que el Madrid ganó apoyado al acierto del portero y a la pegada de Mbappé y Vinicius. Y poco más.

    Las individualidades salvaron al Madrid que sigue sin jugar en equipo y sin encontrar el juego y el buen fútbol. El Celta,atrevido, valiente y brillante le dominó de principio a fin. Mereció, cuanto menos, el empate aunque la victoria hubiese sido más justa, si nos atenemos a los méritos de uno y otro. Jugaron  muy bien, lo único que les falta es pegada y saber definir las ocasiones que tienen.

    Modric, el más veterano en vestir la camiseta blanca (ha superado a Puskas) fue fundamental para evitar  el tropiezo de su equipo, un Madrid demasiado plano y un tanto desmadejado.  Si el croata fue decisivo , Courtois fue primordial con dos grandes intervenciones para sumar los tres puntos en una semana que se adivina clave en el devenir del equipo blanco, con las visitas del Borussia Dortmund, en Champions, el próximo martes y del Barcelona, el sábado.

Si quieren solventar estas dos grandes papeletas tendrán que jugar mejor que lo hicieron frente al Celta. El conjunto gallego tuvo una actitud admirable con mejor fútbol y mejores ocasiones que su adversario a pesar de no contar con su mejor delantero, Iago Aspas, y que terminó jugando casi con pleno de la cantera, encerrando a todo un triste Real Madrid en su área.

    Ancelotti,en esta ocasión se enredó con un nuevo esquema.Salió con tres centrales, Militao, Rüdigier y entre los dos, Tchouaméni  con Lucas Vázquez y Fran García en los laterales; Camavinga y Valverde en el doble pivote, y Bellingham,Mbappé y Vinicius arriba. Fue un desorden total. Tchouaméni se desorientaba una y otra vez en esa nueva posición y a la vez hacia lo propia con Militao y Rüdiger. Tal era el desbarajuste defensivo por el cambio de sistema que muy pronto llegó la primera gran  ocasión del Celta que el inmenso Courtois salvó, sacando un pie milagroso ante Williot en un gran salida en ataque del Celta, que pilló a por uvas a la desorganizada defensa madridista.
   El  desastre defensivo del Madrid era de chiste. Algo que no hizo gracia al propio Ancelotti que muy enfadado desde la banda intentaba colocar a los suyos, sobre todo a Tchouamani.

    El Celta jugaba a tope, entrando con facilidad por el los dominios blancos. Pero ya se sabe cómo es esto del fútbol,un mal pase de Beltrán fue aprovechado por Camavinga que dejó a Mbappé, quien solo ante la corona del área, le dio tempo a acomodarse el balón y metió todo un golazo por la escuadra. Corría el minuto 19 (0-1).
     El tanto supuso un cierto alivio para el Madrid que seguía sumido en una especie de caos por culpa del experimento de Ancelotti. El Celta, no se descompuso seguía elaborando y llegando con facilidad a los dominios del Courtois, mientras que el Madrid solo jugaba a pequeños impulsos. En un par de ellos Vinicius estuvo cerca de asustar al guardameta Guaita.

    Con un triunfo por la mínima del Madrid se llegó al descanso. En la reanudación siguió la misma tónica. No había tregua por ambos bandos. Bellingham  en jugada individual pudo aumentar la ventaja, pero fue el Celta en el 51 el que logró la igualada: Bamba abrió a la banda para  Mingueza (muy buen partido el suyo) y el lateral le puso la pelota a Williot que solo tuvo que empujarla. La defensa del Madrid, como todo el equipo, quedó retratado.

   El empate acabó con la paciencia de Ancelotti que se dejó de malos experimentos para recurrir a la solución más antigua. Retiró a Camavinga, espeso su papel, y a Valverde e introdujo a Rodrygo y Modric. El impacto del croata fue instantáneo. El Real robó arriba y Modric adivinó el desmarque de Vinicius para darle un primoroso pase que el brasileño aprovechó para definir perfectamente. Minuto 66 (1-2).

      El duro golpe no rebajó los ánimos del Celta que siguió empujando y empujando. A Bamba, Courtois le birló el empate y en el último suspiro, Douvikas, en el minuto 92,  tuvo la gran ocasión para empatar , pero tras una fenomenal contra, al griego se le fue por milésimas un remate que hubiese puestas tablas en el marcador.
  De nuevo, otra derrota inmerecida de este estupendo Celta. El Madrid ganó por las individualidades, pero ganó. Con esta victoria consigue la tranquilidad necesaria para afrontar la semana grande que le viene encima,  pero le falta mejorar y volver a la senda del buen fútbol. Aún sigue instalado en un mar de dudas. Ahora mismo, no es  un equipo fiable.

    PD. Por cierto Bellingham mostró, sin esconderse,un descomunal cabreo con Vinicius por no pasarle un balón cuando estaba solo ante la portería. El brasileño en lugar de pasarle la pelota, decidió disparar a las nubes. Son las cosas del fútbol y entre compañeros. No hay que darle más importancia.