Vamos a engañarnos un poco

Se ha repetido insistentes veces que España es un país de tradición artística pero carente de sensibilidad y educación en la materia. Y se reitera en que para apreciar el arte hay que tener instruida la mirada con el fin de lograr la culminación de ese gran acervo en un hábito social, que hoy es escaso. Hábito que consiste en cambiar con la máxima rapidez nuestra actitud perceptiva frente a las cosas, o lo que es lo mismo, habituarse a no habituarse nunca.

Palazuelo, nuestro gran artista, va más lejos y afirma que en nuestra época se le da importancia crucial a la palabra y no se presta atención a la inteligencia visual, lo que está en oposición a lo escrito por Francis Bacon respecto a que en el siglo XX se ha pasado de la fuerza de la palabra a la fuerza de la imagen. Lo cual no debe sorprendernos si nos atenemos a que ambos se sitúan en contextos muy distintos, tanto geográficos, históricos como culturales. No obstante, intuyo que el primero no se remite a la mera prostitución de la imagen tal como se ve actualmente en una sociedad consumista como la nuestra, sino a un sólido entendimiento intelectual y estético. 

En tal sentido, no podemos dejar escapar un dato que puede ser un punto de referencia, aunque con cierto matiz engañoso, como es el que sólo el 0,1% de la población mundial se interese comercialmente por el mundo del arte, lo que trasladado a nuestro país serían únicamente cuarenta mil personas.

Mas si nos vamos a lo peor, tendremos que acudir a Robert Hughes, el cual ha escrito que en lo relativo al arte actual, la mayor parte, sea el estilo que sea, es torpe, narcisista y oscuro, además de estar superpoblado. En definitiva, que, entre la banalidad, el hermetismo, la insustancialidad y la torpeza, es explicable (sin crisis de por medio) la desidia, la desinformación, el desconocimiento y el abandono del pueblo español (por mucho que aumente la afluencia a los museos) en cuanto a las manifestaciones artísticas. Y es que además no sé quien ha declarado que el porno, la corrupción y la insensatez son más idóneos para la mejora de nuestros niveles formativos, lo que quizás empiece ya a ser verdad.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AECA/AMCA)