Unos cuantos se merecen ser inscritos en un catálogo de la infamia

Al mismo tiempo que iniciaron su existencia los galeristas y marchantes, al mismo tiempo se puso en marcha la carencia de escrúpulos a la hora de comerciar con ese patrimonio artístico puesto en sus manos por unos artistas que al principio de su carrera no podían más que confiar en ellos.

Así pues, no podía ser otro más que Rothko, ligado desde hacía tiempo a la Marlborough, dirigida por el nauseabundo Frank Lloyd, el que picase cuando astutamente le abrieron una cuenta en Suiza. El artista, posteriormente, ya en su momento más álgido, llevaba una época sopesando y estudiando ofertas para exponer en Europa con galerías de sus ciudades más importantes, lo que averiguado por sus “protectores”, y ante el temor de perderlo definitivamente por la falta de contrato que lo retuviera –no era una práctica normal llevada a cabo por estos altruistas-, cayeron sobre él con toda clase de advertencias, amenazas y chantajes, con el cuento de lo que pasaría si llegaba a confirmarse el rumor que harían circular de la existencia de un dinero suyo en Suiza.

En principio sería un morrocotudo escándalo, del que se seguirían después problemas con las autoridades fiscales. Con esta misma picaresca –que al parecer es un comportamiento muy habitual en el mercado del arte- habían actuado contra otros artistas, entre ellos Bacon, el cual, como era ciudadano británico, les envió a tomar por el culo.

Pero para Rothko, siendo como era, de gran sensibilidad, tendencias depresivas, además de un judío ruso emigrado que tardó más de diez años en obtener la nacionalidad estadounidense, verse en tal tesitura, a la que despiadadamente le habían conducido, supuso un agravamiento de su pésimo estado emocional, el cual desembocó poco tiempo después en su suicidio. Eso es un ejemplo de honestidad, de pasión por el arte y de promesas de un infierno paradisíaco. Nadie está a salvo de los buenos samaritanos.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)