¿Todo esto ha pasado en el arte del siglo XX? (II)

Si seguimos avanzando por Europa nos encontramos con la abstracción orgánica, el arte existencialista y el art brut en una trayectoria que desemboca  en el informalismo, que se manifiesta en variantes como la abstracción lírica, la pintura matérica y el tachismo (la materia tomaba un protagonismo hasta entonces desconocido).

Al mismo tiempo, como centro del arte mundial a partir de la posguerra –especialmente Nueva York-, la nación angloamericana concibe el expresionismo abstracto con sus pinturas de acción y sus campos de color (gestual, expresivo, impulsivo, emocional, existencialista).

Después, no podían faltar la llegada de movimientos a la contra, que en el territorio europeo tuvieron a COBRA como catarsis y en USA el beat art y el neodadaísmo (con sus vertientes inclusiva y expansiva, material e irreverente), con la excepción del arte cinético (movimiento, telemagnesia y maquinaria) para tener un instante de reposo.

Ante tales antecedentes, el advenimiento del pop art solamente supuso la sorpresa de que la cultura popular, la publicidad y la banalidad pasaban a tener un lugar propio en una estética chicle, que pudo mascarse también merced al performance, el live art y el happening y su actitud sardónica y transgresora.

Aún así no todo estaba hecho, como lo puso de manifestó el funk art californiano (olor desagradable) y el nuevo realismo europeo (reciclaje y pintura a base de disparos). Y no lo estaba porque quedaba por tener en cuenta a Fluxus en su intento de experimentar la vida como arte pero únicamente si se seguían sus instrucciones.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)