Tanto de hablar de arte conteporáneo para nada
Sólo a los rusos Komar&Melamid se les podía ocurrir chafar la fiesta y el chollo. Durante años emprendieron una investigación sobre el sentido estético del público a través de una encuesta de ámbito mundial, que se refería al tipo de pintura que quería ver en un cuadro, incluyendo preguntas sobre preferencias en relación al color, el tamaño, el formato, el tema, el estilo y demás detalles (líneas, ángulos, curvas, etc.).
Se inició en Estados Unidos y prosiguió por otros diez países, entre ellos Ucrania, Turquía, China y Kenia. Los resultados se caracterizaron por su uniformidad y similitud de tendencias: paisajes realistas de pincelada suave y colores verdes y azules, en los que aparecieran animales (ciervos en el Norte e hipopótamos en el Sur), mujeres, niños y figuras heroicas. Lo más interesante, si se considera como desenlace, es que ejemplifican el tipo de paisaje óptimo para nuestra especie.
De acuerdo con estas conclusiones, estos artistas se pusieron manos a la obra y se dedicaron a pintar el cuadro que hipotéticamente sería el más apreciado. Una vez acabado y expuesto me he quedado sin comentarios que expresar y de pensarlos no se me hubiese pasado por la cabeza el compartirlos. Tampoco el que este informe sobre el gusto artístico de la población mundial abarcase a unos dos mil millones de personas me ha ayudado a tenerlos y no sé cuándo voy a recuperarlos. ¡Y para eso tanto perorar y divagar sobre el arte contemporáneo! Desde ahora voy a tener un ciervo en casa, una cebra y un pingüino; el hipopótamo no me cabe y es muy sucio y la jirafa me hace un agujero en el techo.
Gregorio Vigil-Escalera
De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)