Sin tipos duros no hay negociación
Conozco a más de un compañero de aventuras progresistas que critica a algún colega que se expresa con gran dureza contra los planteamientos independentistas, vengan de donde vengan. No estoy de acuerdo con él. Voy a decir más: por ejemplo, esos líderes catalanas recién salidos de la cárcel ¿tienen que poner cara de negociador o de vengativo interlocutor? Pues para comenzar, la cara no puede ser simpática. Y así todos.
A mí me resulta enormemente interesante ir midiendo las intervenciones de los líderes de PP: es fundamental que empiecen durísimos y que seamos capaces de aceptar esas posiciones. ¿En qué parte del mundo una negociación empieza con la lista de cesiones? Se empieza con las líneas inmutables. Y el tiempo ya nos dirá.
¿Hay que llevar a la primera mesa de negociación una cesta con flores de los colores del otro? Pues no sería normal. Pero podría pasar (un día), dado que el parecido de los colores es muy grande, porque no dejan de ser colores milenario y los independentistas, para diferenciarse algo, se han buscado una estrella de la Cuba reciente. Vamos, todo colores caseros.
¿Quiere usted la independencia de su territorio y convertirlo en nación? No tenga ninguna duda de que será difícil, pero jamás imposible. Y no lo digo por textos constitucionales, lo digo por textos históricos con el Reino de Aragón, fijando barras rojas y amarillas, lenguajes, áreas de influencia política en el mundo mediterráneo. Y todo lo que le interese leer de nuestro pasado.
Comprendereis que no hay aquí espacio para contar cómo hemos evolucionado. Lógicamente, a unos les gustaría que aquél hubiera tenido su propia evolución. Pero lo normal han sido cruces de colores permanentes. Y muchas veces con lo fundamental del ser humano: su sangre.
Mañana empieza otro capítulo de los seres humanos: ponte a vivir todos los detalles con ganas. Igual tienes que opinar sobre el ARN que de la «estelada». Venga: primero te opones a todo y luego ya veremos. Con tipos duros se llega a acuerdos de largo plazo.
Original en luisolana.com