Siempre estamos con lo mismo

A pesar de que la difusión informativa acerca del arte sigue sin calar en la mayoría de los sectores de la población mundial -y nada de meternos en análisis socioeconómicos que obviamente importan y mucho-, y aunque la consistencia de la misma sea patente a la vista de la numerosa bibliografía, catalogación y medios de comunicación existentes –revistas, periódicos-, además de las visitas a museos, instituciones, galerías, ferias de arte, y el repertorio de espacios audiovisuales como Internet, CD, diapositivas, art street, etc., incluso ganando igualmente terreno en su uso mediático potenciando todos los elementos que contribuyen a expandir su imagen.  A pesar de ello, repito, el crecimiento del interés por el arte es bajísimo.

Bien es verdad que esa profusión de fórmulas y métodos es indiscriminada y poco afortunada en muchos supuestos, entre otras cosas porque es imposible en un marco global como el de Internet, que proporciona un contenido en tiempo real, restringir o exigirle unas garantías presuntamente objetivas sobre la fiabilidad de la información.

No obstante, el esfuerzo a añadir tendría que internarse en otros ámbitos, tomar nuevas sendas, facilitar la gratuidad total de los accesos a cualquier instrumento de comunicación dedicado al arte, buscar innovatorias formas de información. En ese sentido, también ayuda el darle más protagonismo a unas críticas de arte que aporten una base necesaria para la comprensión intuitiva e imaginativa.

Añadido a todo ello y en relación con lo mencionado anteriormente hay que destacar un fenómeno que ahora más que nunca está presente en este mundo del arte, cual es que la multiplicación de redes, centros, webs, medios y recursos, que implica tal casuística que es forzoso el riesgo de caer en desorientaciones, confusiones, aquelarres informativos, manipulaciones y hastío. ¿Inevitable? Seguramente.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)