Se termina la emergencia: no se termina el riesgo

Me parece una enseñanza muy novedosa: un peligro se termina pero no se extingue.

Tu estas feliz en tu casa y en tu casa de vacaciones,pero un bicho curioso aparece de repente en una playa o en un hotel o en un bar o en un círculo de amigos o en un autobús o en en vagón de tren rápido o en un mercado de pueblo o… pues a espera dónde aparece.

Os voy a animar: los muertos van a ser pocos, pero va a seguir habiendo muertos. Es una cosa que no comprendo cómo sorprende después de la crisis: muertos hay y habrá todos los días. Hay que aceptar eso del comienzo y del final de la vida. Lo que no toleramos nadie es una invasión de asesinos de ningún tipo: nos morimos con lógica ,no con anarquía.

La sociedad se ha pegado un susto (sobre todo porque el ataque era a cualquier nivel social) pero ya estamos recuperando el pulso en algunos trozos de la geografía.

Venga, vamos a empezar a vivir como antes. Naturalmente que con precauciones nuevas, pero como antes.

Muchas instituciones (por ejemplo del Estado) o se aprenden lo que es la informática o van a tener trabajadores afectados o trabajadores inútiles.

Todas las empresas tienen sus resultados colgados de su eficiencia informática. Pero parece que pocos ciudadanos se han dado cuenta de que toda nuestra Administración depende de esa informática: no podemos tener servicios eficientes sin una potenciación de la informática.

¿Conoce usted un Notario que haya muerto de este virus? me gustaría abrazar a su familia y darle mi solidaridad. Pero uno de los problemas del virus son los notarios.

Hay que evitar contactos de firma y presencia para decir que SI o que NO. Un Notario tiene que dar fe, pero no contagiar con sus contactos.

Este tipo de cosas corrientes son las que tenemos que modernizar entre todos.

Porque el virus no se va a ir en mucho tiempo.