¿Sabe qué dirección va a tomar el arte? ¿qué no tiene ni idea?

Los paradigmas están de capa caída y ya nadie se aferra a ellos, entre otras cosas porque las vías se multiplican y la mera acumulación de ismos, tendencias y corrientes han dejado de proporcionar, en consecuencia, significados auténticos y reales sobre el arte.

Si, como argumenta Umberto Eco, resulta sumamente peligroso elaborar una definición del arte y ver después que es lo que no entra en ella, está más que claro que ninguna estética teórica, cualquiera que sea su formulación, puede indicarnos qué derroteros tomará el que nos vaya a deparar el mañana.

Y este desconocimiento –para muchos necesario por imprevisible- es porque la obra misma es la que inventa y da lugar a la teoría y a la crítica, lo demás es arte conceptual, es decir, filosofía, según Francis Bacon, que está convencido de que la pintura volverá una y otra vez a la referencia y a la figura. Por consiguiente, el arte, igual que la vida, persiste a pesar de la teoría.

Es más, tampoco es necesario que para concretar este vaticinio recurramos a la entelequia de que el arte sólo se puede entender a través del arte y el arte son los artistas. Lo que hay que entender es que no importa ese futuro porque la ficción no desaparecerá y cuanto más compleja sea, más viva y real será la expresión artística, apunta Robert Hughes, además de que el arte enaltece la propia conciencia e incrementa intensamente la experiencia, cuyo estímulo y clarividencia ambas precisan.

Por tanto, a la vista de lo dicho, cabe señalar que la conclusión no ha tenido tiempo de empezar y menos de acabar, pues nunca va a adquirir una tesis válida, tan sólo una verborrea vomitiva y una jerga apocalíptica más que ajada y despellejada.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte  (AICA/AECA)