Resistiendo también se gana. Eso fue lo que hizo el Real Madrid ante el Liverpool, resistir o sobrevivir al a rebato continuo de los ingleses que no pudieron con la magnífica defensa y la actuación inmensa de Courtois que fue determinante para conseguir ese empate (0-0). Resultado que después del 3-1 logrado en el campo de entrenamiento de Valdebebas, clasifica al Real Madrid para las semifinales de la Champions tres años después. La leyenda del equipo blanco continúa en Europa: nueve semifinales en las últimas 11 Champions. Todo un hito, que sigue engrandeciendo su historia en el viejo continente.
Unas veces ha conquistado Europa a lo grande; y otras veces, lo ha logrado sufriendo hasta la saciedad como el partido jugado ente el Liverpool, que salió con el cuchillo entre los dientes pero que se encontró con una magnífica defensa capitaneada por Nacho y Militao, soberbios los dos; y un sensacional Courtois que desbarató hasta cinco ocasiones a los ingleses, que terminaron desesperados.
El guardameta belga fue el factor determinante para que el Madrid se haya metido en las semifinales, donde le espera otro equipo inglés, el Chelsea.
Zidane y sus hombres jugaron en demasía con el resultado del partido de ida (3-1). Creo que se pasaron en lo de la gestión. Tal vez fue por el agotamiento que presentan varios de sus jugadores más importantes, a parte de los muchos lesionados. Tal vez pecaron de excesivo conservadurismo.
Un muro fue lo que levantó el Real Madrid en Anfiled, sufriendo lo indecible con todo el equipo metido atrás que le dio para sobrevivir a los ataques furibundos de un Liverpool, que conforme se iba acercando el final del encuentro, perdió fuerza, solo eso, porque de imaginación estuvo muy escaso. Los reds, no son lo que eran,ni mucho menos.
El Madrid en esta ocasión tiro de oficio. Jugó más pendiente de no cometer errores que de buscar el acierto y la portería contraria. Partió con la idea de evitar las pérdidas de balón que dieran ventaja a su rival, concentrado en tenerlo lo más posible. El problema es que esa prioridad no lo acompañó con la profundidad.
El conjunto de Zidane se juntó, regaló el campo al rival y pretendió adormecer el partido con posesiones largas que carecían de voluntad ofensiva. Fue la constante del equipo blanco, en Liverpool, donde a parte de tirar de experiencia supo sobrevivir.
En este partido de vuelta, el Madrid ha dado la sensación de estar tieso físicamente. En parte, por sus muchos lesionados y por la dureza de los últimos partidos donde ha subido las grandes cumbres. La verdad es que en Anfield, no ofreció grandes argumentos de juego más allá de la fiabilidad de su defensa, sobre todo de Nacho y Militao, el tercer y cuarto central de la plantilla, que estuvieron de sobresaliente.
No fue la noche de sus estupendos centrocampistas creativos,entiéndase Kroos y Modric que no estuvieron al nivel de los últimos partidos. Pasaron de puntillas por el encuentro. Sin embargo, Casemiro, fue fiel a su papel de ayudar a todos, y más concretamente echando una gran mano a la defensa blanca.
El partido, sobre todo en los primeros diez minutos, fue un suplicio para el Madrid, sufriendo oleada de ataques de los de Klopp, con Mané creando muchos problemas al circunstancial lateral derecho Valverde, quien sufrió mucho en los minutos iniciales hasta que le cogió el tranquillo a su nuevo puesto.
El brío del Liverpool, a los dos minutos pudo reventar el partido en un cara a cara de Salah con Courtois que ganó el portero madridista, el auténtico héroe de la noche y de los blancos. Luego repetiría con una gran estirada a un disparo de Milner que iba derecho a la escuadra. El belga, en silencio y sin hacer ruido ha acabado con el eterno debate que había en la portería del Real Madrid. Courtois tiene lo que debe tener el portero de una equipo grande, pocas intervenciones pero decisivas. Eso fue lo que hizo en Anfiled.
Jurgen Klopp, no paró en su banda de mandar a sus jugadores a que impusieran ese ritmo frenético tan característico de su equipo. Fueron minutos de acoso y derribo. Casi todos sus ataques fueron por la banda derecha donde estaba ese invento de Valverde ayudado por Asensio que no funcionó en esos minutos de inicio, para mejorar después cuando el uruguayo le cogió el gusto a su rol defensivo. Era un agujero negro en todos los sentidos del juego. Después en el segundo periodo con la entrada de Odriozola, volvió al centro del Camp, su lugar natural.
Tras esos primeros minutos explosivos de los ingleses que terminaban en Courtois, el Madrid se alivió un poco e incluso en una aventura en solitario de Benzema, el central turco Kabak a punto estuvo de convertir un centro del francés que iba hacia Vinicius que estaba solo, en un autogol. El balón dio en el palo.
En el segundo periodo, más de lo mismo. De nuevo agobio para el Real Madrid que si cabe se encerró aún más entorno a su área. Y entonces, ahí aparecieron dos centrales que han sido vitales en esta eliminatoria, Nacho y Militao dos auténticos colosos. Nadie se ha acordado de los ausentes Varane y Sergio Ramos. Hasta hace poco la ausencia de Sergio Ramos era sinónimo de derrota. Eso ya no sucede por lo que debe tenerlo a la hora de su renovación.
Courtois siguió exhibiéndose con grandes intervenciones a Firmino y Arnold. El Madrid, mientras tanto solo hacía pequeñas escaramuzas con Benzema y Vinicius. Seguía jugando con un ojo en el reloj y sin ganas de pisar el área rival. No obstante, resistieron con oficio enganchados a Courtois y a sus dos centrales.
Jugaron con fuego, pero no se quemaron porque supieron sufrir para llegar a la orilla de las semifinales de la Champions, con el Chelsea como rival.
El Madrid, quien lo iba a decir después de pintar bastos no hace mucho tiempo, sigue de pie en Europa y hasta figura como gran favorito, además de estar discutiendo la liga al Atlético y al Barça. Y todo, con un equipo de circunstancias por sus múltiples lesiones. Zidane, muy cobrado ¿se acuerdan? que dijo aquello de:”dejadnos trabajar, nos hemos ganado ese derecho”, vuelve a darle la vuelta a la situación, haciendo grupo y equipo por encima de todo.
Así las cosas, Los caminos del Real Madrid señalan a Estambul, un lugar para soñar en la decimocuarta.