El Real Madrid ya acaricia la liga al ganar 1-2 al Granada en los Carmenes. Con este vital triunfo se queda a una victoria o dos empates del título.
El encuentro que había comenzado placido para los de Zidane terminó entre sustos y angustias. Nada hacía presagiar el sufrimiento que pasó el Madrid en los últimos minutos ya que comenzó jugando de forma impecable, tocando con mucho criterio y velocidad. Su juego era fluido y rotundo con un dominio absoluto de la situación. Tanta era la superioridad, que muy pronto a los Diez minutos el velocista Mendy se fue de su marcador por piernas y marcó todo un golazo por el palo del guardameta Rui Silva.
Pero ahí no se acabó la demostración del equipo blanco que vistió de verde pistacho. Cinco minutos después en jugada de escuadra y cartabón, que comenzó con un robo de Casemiro, siguió un taconazo de Isco que descolocó al centro del campo del Granada para que Benzema definiese como solo él lo sabe hacer, con arte y mucha calma. Era un 0-2 inapelable.
Sin ningún género de dudas; Benzema es el jugador de esta liga. Está haciendo de todo. Muchas veces es el quinto ó el sexto centrocampista; es el primer delantero y en los saques de esquina es un defensa más. Nada tiene que ver con aquel que jugaba por y para Cristiano Ronaldo y que nos impidió ver al auténtico Benzema que ahora está siendo clave en el juego del Real Madrid.
En apenas veinte minutos, el equipo de Zidane era el dueño del marcador y del juego como también era el dueño emocional de un partido donde el Granada, un equipo valiente y arriesgado, se empequeñeció. No era aquel conjunto que ganó al Barcelona y empató con el Atlético.
Zidane para esta importante cita optó por alinear a cinco centrocampistas, la fórmula que ya utilizó con éxito en la Supercopa, disputada en Arabia Saudí. Quería tener la posesión, y la tuvo con Modric que en esta ocasión adelantó su posición jugando como media punta y donde fue un auténtico maestro, vuelve a ser el Modric de toda la vida. Casi a la misma altura posicionó a Valverde, Isco y Kroos con Casemiro más retrasado. Adelante solo estaba Benzema que jugaba en todas las posiciones de la delantera.
Con este esquema el Madrid tuvo posesión y dominio. Tenía el control absoluto con un fútbol de mucho combinación, de poco riesgo y poco desgaste. Tal vez le faltó un poco más de profundidad. No obstante, no se notaba porque el Madrid en la primera parte llegó con muchas facilidad e incluso pudo aumentar el marcador con dos remates, uno de Benzema, rechazado por Rui Silva; y otro de Isco que tropezó en la zaga granadina cuando el balón llevaba marchamo de gol.
Pero llegó el descanso y todo cambió. Un error de Casemiro que perdió un balón inexplicable en el centro del campo propicio el tanto de venezolano Machís (una bala este jugador) para devolver al Granada al partido que creció hasta meter el miedo en el cuerpo a todo un Real Madrid que vivió un auténtico tormento, a partir de ese tanto que fue en el minuto 50.
El Granada ya era otro equipo bien instinto, creció y de que forma. Entonces, apareció la energía y el entusiasmo del equipo de Diego Martínez que está cuajando una temporada histórica y que hizo sufrir a un Madrid que por entonces estaba aturdido. El cambio de decorado alertó a Zidane que entendió que ya no bastaba con controlar, había que cambiar la tendencia. Y aparecieron Rodrygo y Asensio que sustituyeron a Isco y Valverde. Modric, que estaba siendo el mejor, siguió tratando de poner orden en ese Madrid un tanto asustado del segundo periodo.
El equipo Nazarí todo empuje, lo hacía por tierra y sobre todo por el aire donde son consumados especialistas (once goles llevan marcados de cabeza). Domingo Duarte pudo firmar en número 12 que evitó Courtois con una gran intervención. El guardameta belga es otro de los grandes valores de esta liga y clave si el Madrid termina ganando el título. Igual que Sergio Ramos, que en el momento de más incertidumbre, salvó el empate del Granada sacando un balón de la misma raya de gol. Sergio Ramos y Courtois, están siendo pilares básicos de este Real Madrid que tienen la liga a tiro.
El Madrid, es cierto flojeó mucho en el último tramo del partido, pero pese a todo su paso firme desde el post-COVID se debe tener muy en cuenta. Ya son nueve victorias consecutivas y solo dos goles en contra. Ha sido toda una escalada que merece reconocimiento.
Los últimos 20 minutos del segundo periodo fueron un suplicio y los peores del Madrid tras la pandemia. Terminó agobiado y pidiendo la hora. Sufrió de lo lindo, pero como se suele decir para ganar una liga hay que sufrir. Primero supo jugar y luego supo sufrir.
El jueves a partir de las nueve de la noche, en Valdebebas el Madrid puede recuperar el trono de la liga si logra vencer al Villarreal. Está a un paso del trono.