Después de atravesar el desierto, el Real Madrid encontró agua en el Alcoraz donde venció por 1-2 al Huesca. Lo hizo con sufrimiento en el campo del colista que se puso por delante y Varane,con dos goles haciendo un guiño a Sergio Ramos, consiguió la remontada.
Era un partido vital para el devenir del Madrid en esta liga a la que se tiene que agarrar desesperadamente. Las posibilidades son pocas (pero algunas quedan); y las que quedan no pasaban por empatar frente a un Huesca que le peleó el resultado.
El equipo de Zidane, que en vísperas del partido se soltó el pelo y extraño en él, actuó con vehemencia, pidiendo respeto para su equipo y para su trabajo, arropó a su técnico logrando un triunfo más que necesario para la suerte del propio Zidane y para el Real Madrid.
La victoria es un golpe de confianza para el técnico francés y para una plantilla que tuvo más orgullo que buen juego.
El Madrid afrontaba el encuentro, tras sus últimos graves tropiezos, con bajas de importantes, sobre todo la de Sergio Ramos, ya operado con éxito de la rodilla y que estará ausente dos meses. Una baja de gran calado para el equipo blanco, no sólo para el hoy sino también para el mañana. Además le llega en un momento inoportuno, en pleno proceso de renovación que sigue estancada. El problema tiene difícil solución.
Con tantos lesionados, al Madrid le está sosteniendo su línea de pretorianos en el centro del campo: Casemiro, Modric y Kroos, que hacen jugar a sus compañeros aunque muchas veces no lo consigan. Fue lo que ocurrió en el primer tiempo donde tuvo el dominio de la situación, pero como vienen siendo habitual le faltó pegada. Mucha posesión pero escasa definición, solo un tiro a puerta tengo registrado en ese tiempo. Fue a cargo de Benzema, al que respondió perfectamente el guardameta Álvaro, despejándolo oportunamente. Los blancos no pasaron apuros pero tampoco el Huesca. Sin goles finalizó un primer tiempo plano y raquítico.
El segundo periodo ya fue otra historia. Los dos equipos se dejaron de zarandajas y fueron más verticales y contundentes. Se jugó a una velocidad mayor y resultó muy entretenido. El Huesca, fue quien dio primero por mediación de Javi Galán que marcó todo un golazo. Control y zurdazo por toda la escuadra ante la pasividad de toda la defensa madridista, que no hizo el repliegue. Especialmente desafortunado estuvo Mendy
Al Madrid, le tocaba remontar ese gol del Huesca al poco de comenzar el segundo periodo. Necesitó que Courtois le metiera en el partido con una gran intervención a un tremendo cabezazo de Rafa Mir que el belga respondió con una mano milagrosa. Antes de esa jugada la madera repelió otra ocasión de los oscenses,
Poco le duró la alegría al Huesca, porque a los pocos minutos del 1-0, llegó el empate de Varane que cabeceó un balón aéreo que salió repelido del larguero tras una magnífica falta lanzada por Benzema. El defensa francés logró el empate con autoridad.
Creció el Madrid en ataque y en intensidad, con Asensio como abanderado, cada día está un poco mejor. Protagonizó una gran jugada que no culminó en gol por la bota de Pulido. Pero para ocasión clara la que falló Benzema, un disparo a bocajarro que fue a estrellarse en el pecho del guardameta Álvaro, a quien hizo intencional.
El gol del triunfo llegó en el tramo final del encuentro. Fue de nuevo Varane quien se aprovechó de un despeje de Álvaro a un cabezazo de Casemiro, para marcar el definitivo 1-2. En esta ocasión fue Varane quien se vistió de Sergio Ramos para salvar tres puntos cruciales para el Real Madrid, que como de costumbre frente a los equipos más modestos que no le discute la posesión, sufrió lo que no está escrito. Volvió a entrar disperso y despistado en los arranques de ambos tiempos y sigue perdonando demasiado en el área contraria.
Fue un triunfo angustioso conseguido desde la estrategia en el juego aéreo, que tuvo en Casemiro y Varane a sus mejores exponentes.
El equipo blanco salió en defensa de Zidane, tras su calentón con la prensa, para reivindicar su figura y de paso a ellos mismos.
No discutiré yo la trayectoria de Zinedne Zidane con sus tres Champions y la última liga, pero si le diré que la prensa ni quita ni pone entrenadores, aunque eso sí crea estados de opinión. Pero lo que es indudable es que el caminar del equipo en los últimos partidos es cuanto menos decepcionante. Y eso, es incuestionable.
Ahora el destino del Real Madrid es sufrir, por su culpa.