Partido lamentable del Real Madrid

Derrota dura y merecida del Real Madrid en Vallecas,donde perdió (3-2) contra un Rayo ejemplar que provocó la primera derrota liguera de los blancos que dejan líder al Barcelona y al campeón,  mal parado frente a un entusiasta Rayo que le dio toda una lección de fútbol.
    De la forma más calamitosa, los blancos ceden el liderato a su eterno rival que ya está dos puntos por encima. Al Madrid le va a costar recuperar ese liderato que ha perdido en los dos últimos partidos. Empate frente al Girona y derrota son paliativos ante un animoso y energético Rayo Vallecano.
  No sabemos las razones, tal vez sea por la cercanía del Mundial (estamos a una estación de Qatar), pero el Madrid de repente se ha parado. Es como si se le hubiese acabado la cuerda del reloj. Según se ha ido acercando este Mundial, absurdo y lleno de intereses, el conjunto blanco se ha ido empequeñeciendo y de un plumazo, ha roto con su buen comienzo.
    En Vallecas, el Real Madrid hizo un partido lamentable ante un Rayo pletórico que jugó muy bien al fútbol. Fue superior en todo, en los anímico,y por supuesto, en lo futbolístico. Tanto cuando fue por delante en el marcador como cuando fue por detrás.
  Entre los destacados del encuentro,sobresale sobre todos, Fran García, jugador cedido por el Real, que tuvo en jaque a toda la defensa madridista. No comprendo, como a este jugador no lo repescó el Madrid. Es infinitamente mejor que Mendy que se marcó un partido para olvidar.
  Todos, estuvieron de pena, si acaso salvamos a Marco Asensio y a Courtois. Los dos laterales, incluyendo también a Carvajal, fueron desbordados una y otra vez; Tchouamení no sabemos donde estaba, porque fue intrascendente. Igual que los dos puntas (Rodrygo y Vinicius, este en guerra permanente con la defensa rayista), a los que les faltó afilar la navaja, de ahí que tuvieran tan poco filo. Hasta Modric se contagió fallando pases y con poca presencia. Algo más hizo Asensio y muy poco, Valverde. La defensa se vio superada por el poderío  y la fuerza de un Rayo encomiable que superó en todo a un Real Madrid sin hueso.
    Ancelotti, también tuvo su noche más gris. No acertó en los cambios y por lo visto no se trabajó mucho el partido, y menos a su rival, un Rayo Vallecano que ya venía avisando de su buen fútbol.
  No logro comprender como el Real, sabiendo que se jugaba el liderato, no salió con otra actitud más acorde con lo que representa el Madrid, que salió  con prepotencia y como infravalorando a su rival, que le dio toda una lección de intensidad, pundonor y de fútbol. Lo ha dicho Ancelotti: “cuando falta actitud…. En esta clase de partido la calidad no basta”.
  Sea por creerse, equivocadamente, superiores;  sea por la cercanía del Mundial; sea por jugarse un lunes por la noche. El caso es que el Madrid jugó rematadamente mal y no hay excusas que valgan. No me vale, eso que dicen, que salió enfermo de mundialitis. ¡No y no!
  El vendaval rayista comenzó muy pronto. Antes de los cinco minutos se adelantó con gol de Comesaña tras una arrancada de Fran García, jugador hecho en la fábrica, y que fue una pesadilla para el equipo de Ancelotti.
  El Madrid, no reaccionó al gol. Nada le funcionaba. Estaban imprecisos en el pase y en la salida del balón (se notó la ausencia de Kroos). Todo era por culpa de la gran presión que ejercían los hombres de Iraola, que por cierto fue expulsado en el segundo tiempo por protestar de forma airada una jugada. Por no hablar de las múltiples pérdidas de balón de los madridistas, sobre todo de Mendy que más que nunca fue un bulto sospechoso.
  Pero lo que son las cosas, en dos jugadas aisladas llegaron los dos goles del Real. En su primera aparición, Marco Asensio entró en el área y cayó perseguido por Fran García. El colegiado Martínez Munera no vio penalti, pero si el VAR. Fue a revisarlo y la pena máxima la transformó Modric. Acto seguido, córner  y Militao cabeceó a la red. Era el 1-2, increíble pero cierto. Dos llegadas y dos goles.
    En otras ocasiones el equipo blanco hubiese protegido bien la ventaja hasta el descanso, pero por lo que se ve pintaban Bastos. En una jugada, donde quedo retratada toda la defensa madridista por su falta de contundencia, Álvaro García, otros de los destacados del Rayo,  sorprendió con una gran volea. Era el empate (2-2) rozando el descanso.
  Comenzó el segundo periodo y todo seguía igual. El Rayo siguió jugando con ambición y mucha concentración. El Madrid, todo lo contrario,  perdido sin encontrar el rumbo del juego. Mientras los de Vallecas mordían, los de Chamartin deambulaban.
    Tanto y tanto insistieron los del Rayo que llegó su premio por un penalti, por manos de Carvajal,indicado desde el VAR. Courtois le detuvo la pena máxima a Trejo, pero llegó el chivatazo del VAR. Resulta que el belga había adelantado uno de sus pies unos centímetros de la raya.. También Carvajal había pisado  el área antes de tiempo. Repitió Trejo y firmó el definitivo 3-2.
  El Real Madrid, después lo intentó con más corazón que cabeza y Rodrygo estuvo a punto de empatar tras un buen centro de Asensio. No hubiese sido justo, porque  ganó quien más lo mereció, el Rayo Vallecano ante un Madrid sin gracia y totalmente desorientado. En la derrota tuvo su justo castigo.