Mocion de censura ¿para qué?

Ya se dijo hace más de dos años: “no es lo mismo formar una mayoría para poner a Pedro Sánchez en la Moncloa, que construir una mayoría para gobernar” y, a medida que pasan los días, las semanas y los meses se ve con mayor claridad. La falta de decisiones, las dudas, los errores mayúsculos, tanto sanitarios como económicos durante la pandemia y los desencuentros entre Pablo y Pedro, dejan bien claro, que no tenemos un gobierno, sino dos. Que Pedro Sánchez no ha hecho nada desde que cogió su ansiada Presidencia del Gobierno. Nada. Prometió eliminar la reforma laboral de Rajoy y ni siquiera la ha reformado. Se pueden imaginar el resto de las promesas. Si no ha hecho esa, que fue en la que basó su ascenso al poder, las demás han quedado en el olvido.

El problema es que el Presidente del Gobierno no se ha preocupado nunca de gobernar, de gestionar los problemas de España. Cuándo se lanzó a la moción de censura hizo un llamamiento tan generalizado, con ideologías tan adversas y planteamientos tan distintos, que sirvió para quitar al PP del gobierno, pero no sirve para gobernar. Quitó un gobierno para instalar un desgobierno. Tengo la sensación que eso tampoco le importa mucho. En junio del 2018 solo tenía una idea: ser Presidente y eso está conseguido. El resto ya se irá arreglando, si quieren y si no los culpables son los del PP.

Porque eso si lo hace bien Pedro Sánchez. Tiene una capacidad para echar las culpas a los demás, que es admirable. Pedro y Pablo han hecho la peor gestión que se podía hacer de una pandemia y ahora resulta que la culpa la tiene Madrid y los madrileños con la presidenta a la cabeza. Él y Pablo no.

El otro día viendo el programa “Todo es Mentira”, de Cuatro, escuché al Presidente de los empresarios, Antonio Garamendi, hacer un pequeño dibujo de cómo se puede gestionar un país. Un brevísimo comentario que incluía todos los sectores y me dio vergüenza de tener un gobierno como el que tenemos. La diferencia entre el contenido de la explicación de Garamendi y los discursos vacíos de Pedro Sánchez o los comentarios de Iglesias, que dejan ver una ignorancia enciclopédica, es abismal.

Estamos viviendo una realidad tan desconcertante que me hace pensar que ninguno de los políticos que hay en el Congreso de los Diputados merece ni el cargo, ni el sueldo, ni la confianza de los ciudadanos. La situación se parece más a una película de miedo que a la vida diaria de un país. Candidatos que están huidos de la justicia, conversaciones con presos, gente que okupa pisos que no son de su propiedad y la ley no hace nada, partidos que amenazan constantemente con golpear la legalidad del Estado de Derecho y el gobierno se sienta con ellos a negociar y eso sin hablar de aquellos que hasta ayer apoyaron el terrorismo y se sientan frente al ejecutivo de España con exigencias y condicionantes, vaya Vd. a saber con qué intención. Pero da igual, el Presidente acepta casi todo, con el único fin de dormir en La Moncloa, a pesar de gobernar con Iglesias.  Y en toda esta barbarie cotidiana, Inés Arrimadas, la única representante del pueblo que pretende hablar y hacer confluir a los partidos en busca de soluciones, la única oferta con ganas de construir algo, es despachada por el Presidente del Gobierno con insultos y desprecios.

¿Vds. creen que merecemos ser europeos? Pues gracias a que lo somos, hay una ventanita de esperanza para todos nosotros, incluso para los que no quieren.