Los super-humanos ven películas de terror

Cada vez que quiero ver una película de terror o ir a un Escape Room de terror (como por ejemplo “Caníbal” en Hermético Escape Rooms) Me encuentro hablando solo en una habitación llena de gente que evita cruzar la mirada conmigo.

¿“Quién se apunta”? digo. Primero con el ánimo del que ha encontrado un plan del todo apetecible. Luego “¿Quién se apunta?” como el que sospecha que hay una conspiración a la que nadie le ha invitado, y tercero ¿Quién SE APUNTA? empujando hacía la agresión, retando, como quien grita “¿Qué miras?” en mitad de una discoteca.

Pero las respuestas casi siempre son cero o tienden a cero.

Y es que el miedo es una emoción que no apetece gestionar a cualquier hora del día, de forma gratuita o definitivamente, que solo se atraviesa cuando aparece como un tsunami en tu vida. Nunca es una elección. O no para todos.

Lo que nos lleva a otra pregunta… ¿Qué es sano? ¿Exponerse al miedo por gusto, o evitarlo hasta que no hay más remedio?

Me flipa Haneke, ¿quien se atrevería a decir otra cosa, no? “Funny Games” está entre mis películas fetiches y supongo que entre las de cualquier fan del género. ¿Qué quiero decir con esto? ¡Voy!

Si un día entras en casa de un fan del terror a pedirle unos huevos para cocinar, procura que no se te caigan al suelo o, lo más seguro, es que acabes noqueado con un palo de golf… Porque Haneke, nos ha enseñado que ese y no otro instante es el único momento para sobrevivir, después de eso, tan solo hay una lluvia de nudos y pasos en la única dirección posible, la del terror.

(No os quiero hacer spoiler, aunque si todavía no la habéis visto, os lo merecíais)

Nunca vas a pillar a un fan del “Slasher” saliendo de una habitación diciendo “vuelvo en unos minutos”, a un fan de las comedias románticas diciendo “Ella/él nunca me haría eso” o a un fan de las películas de acción diciendo “No puedo hacer eso, es muy peligroso”.

Porque viendo cine se aprende ¡hombre, que se aprende!

Yo no lo he pasado mal en la cuarentena del COVID, es así, la he aprovechado para hacer todo eso que nunca hago por falta de tiempo, como… bueno VER AÚN MÁS CINE.

Y, reconozco que estaba sorprendido, y no entendía, me sorprendía, oír historias que decían “pasarlo mal”, “agobiados en casa”, “deseando salir”, “ansiedad”…. Hasta que el 14 de Julio leí el siguiente titular:

“Los fans del cine de terror estaban mejor preparados para la pandemia del coronavirus”

¡Ostras!

Lo decía un estudio académico formulado por tres universidades diferentes (Chicago, Pensilvania y Aarhus, en Dinamarca) publicado bajo el nombre de: “Pandemic Practice: Horror Fans and Morbidly Curious Individuals Are More Psychologically Resilient During the COVID-19 Pandemic”

Textualmente:

“La ficción de terror permite a las personas experimentar con seguridad emociones como el miedo que generalmente se experimentan como una respuesta negativa. Al provocar miedo en un entorno seguro con pocas o ninguna consecuencia real, la ficción presenta una oportunidad para que el público perfeccione sus habilidades de regulación emocional”

Entonces… ¿Cuál es la moraleja de todo esto entonces?

Tres cosas:

Deberías ver más cine de terror.

Deberías ver a Haneke.

Esconde un buen palo de golf en tu cocina.