La reina Dña. Sofía

Ha sido una sorpresa la decisión de rey Juan Carlos I de abandonar el territorio de su país.

La Historia cuenta vidas de reyes de diversos países (incluido España) donde hay éxitos, hay dramas, hay asesinatos y hay derrocamientos. Pero fugas voluntarias de tu país yo no recuerdo ningún caso. Si alguien conoce un caso de un rey que se marcha de su país sin que la Monarquía esté siendo atacada y – aún más- cuando su propio hijo ahora es su sucesor y rey, pues que me lo indique para rectificar mis ideas de Historia.

Supongo que esta decisión del rey Juan Carlos ha sido aprobada por diversas instituciones del Estado. Incluida la Casa Real.

¿Y la reina Dña. Sofía?

En todo este disparate de vida personal de D. Juan Carlos, tenemos que hacer un homenaje a su esposa la reina Sofía.

No conozco un caso tan desequilibrado de matrimonio: él, perdido por el dinero, obsesionado con las señoras, arriesgando la imagen de instituciones y de personas; ella, prudente, discreta, soportando en silencio un matrimonio hecho pedazos y conociendo cada dos por tres aventuras humillantes. Y Dña. Sofía ha callado.

Dña Sofía tendría que recibir un homenaje alguno de estos días de todos los que nos sentimos monárquicos circunstanciales o monárquicos conceptuales.

Ella, ha vivido todo el complejo entramado vivo de la consecución de la Democracia. Ella, ha visto y oido casi todo lo importante de momentos esenciales para nuestra Libertad. Ella, necesita que se le ofrezca un homenaje de parte de tantos y tantos españoles que sabemos de su labor, de su prudencia, de su silencio y de su afecto con sus familiares.

¿Dónde está la buena gente de España que sabe que dar las gracias no cuesta nada y que dárselas a Dña. Sofía es una obligación moral de todos los que disfrutamos de la Democracia en España?

Esto no va de nobles ni de señoritos: esto va de buena gente que quiere agradecer su buen hacer a la reina de España, Dña. Sofía.