En Alemania, frente al Leipzig el Real Madrid sufrió la primera derrota de la temporada al caer por (3-2). Una derrota que se fraguó en los primeros 20 minutos donde los madridistas fueron penalizados por ese inicio tan blandengue que tuvieron.
Todo lo contrario que el conjunto germano, que salió a por todas desde el primer instante. Su comienzo fue fulgurante, con mucha chispa y garra.
En dos acciones a balón parado llegaron los goles iniciales de los alemanes. Dos tantos, que a la postre, fue una tremenda losa para un Madrid muy tierno de entrada y después, muy quebradizo.
Durante la primera media hora, no se enteraron de lo que iba el partido. Como diría Ancelotti, salieron mirándose demasiado en el espejo. Fue el peor Madrid de lo que va de temporada.
A pesar de la derrota, el Madrid, ya clasificado para octavos, sigue encabezando su grupo. Con una victoria en el último encuentro del grupo frente al Celtic, en el Bernabéu, la próxima semana, aseguraría la primera plaza.
En esta ocasión, Ancelotti, obligado por las lesiones y la exigencia del calendario, hizo más rotaciones de las que hubiera deseado. Sin Benzema, Modric, Valverde, Mendy y Alaba (que saldría en la segunda parte) el Real Compareció muy contemplativo. El Leipzig, necesitado de puntos, todo lo contrario, lo hizo a tumba abierta. Consecuencia, el Madrid se vio arrollado por un rival más intenso,más rápido, más vertical y más de todo…
El conjunto blanco claudicó en veinte minutos agónicos ante un Leipzig, liderado por un jugador de talla mundial llamado Nkunku, que estuvo y debe estar en la agenda de Florentino Pérez. Se lució el delantero francés con su velocidad, sus movimientos y hasta con su técnica y con el gol que marcó.
Nkunku, al igual que sus compañeros bailaron sobre la defensa madridista que tuvo más sombras que luces,mostrándose muy insegura toda la noche con Lucas Vázquez y Rüdiger ocupando los laterales y Nacho y Militao como centrales. Luego, viendo el panorama Ancelotti cambió los términos. Nacho se fue al lateral izquierdo y Rüdiger al centro junto a Militao.
Tampoco ayudó el centro del campo que estuvo muy poco contundente. Camavinga y Tchouameni, sin mucho tino junto a Kroos, que se veía sorprendido ante la marcha de más que tenían los alemanes.
El caso es que antes de cumplirse el minuto veinte, el Madrid ya perdía 2-0. Dos saques de esquina fueron la antesala de los dos tantos del croata Gvardiol, un central de mucho empaque, y Nkunku. El primero vino tras una estupenda parada de Courtois a André Silva pero tras el rechace ya nada pudo hacer ante el remate de cabeza de Gvardiol. El segundo llegó a los 18 minutos y fue obra de Nkunku, un jugador que tiene de todo, rapidez, toque y hasta pillería. Tras un rechace de Tchouaméni, poco concentrado como todo el equipo, reventó la portería con un disparo todo potencia.
Los dos tantos, por momentos, dejó trastocado al Madrid que era un equipo errático ante el ritmo intenso y trepidante que propusieron los de Marco Rose. Pero curiosamente, tras esa clara ventaja el Leipzig, cedió terreno al Madrid y se volvió conservador. Algo muy peligroso cuando por ahí anda ese genio suelto llamado Vinicius, agitador de profesión.
El Real, que recibió dos goles por primera vez en este curso, despertó de su letargo al toque de trompeta de Vini. Entre él y Rodrygo pusieron cerco a la portería germana con una buena ocasión por parte del segundo brasileño.
Al filo del descanso llegó, el que llaman el gol psicológico. Jugada estupenda de Asensio, que estrenaba titularidad, y gol de cabeza, si de cabeza, de Vinicius.
El descanso no sentó mal al Real Madrid que salió dispuesto a remontar o al menos a igualar. El Leipzig lo hizo reculando y con un solo propósito, jugar a la contra con esa bala de Nkunku. En algunas fases, el partido se convirtió en una ida y vuelta que sin duda beneficiaba a los alemanes que defendieron muy bien. Los de Ancelotti, entonces ponían más empeño aunque les faltaba colmillo. En el 78 pudo llegar el empate,que fue cuando Vinicius falló un gol cantado tras un pase de la muerte perfecto de Asensio. ¡Increíble que fallase ese gol!
Y lo que son las cosas,en la jugada siguiente Werner sentenció al Madrid. Simarkan, apunten el nombre del jugador, imperial lateral derecho, se fue todo fuerza y potencia por su banda, dejando colgado a Alaba, llegó hasta la línea de fondo y puso un gran pase a Werner que solo tuvo que empujar la pelota.
Luego ya, en el último instante penalti a Rodrygo que él mismo se encargó de transformar con gran soltura. No quedaba tiempo para la remontada.
En Alemania,el Real Madrid no ofreció buenos argumentos, solo ofreció detalles Vinicius, demasiado solo toda la noche. No fue el Madrid que nos tiene acostumbrados esta temporada. Fue el peor Madrid del curso. En la relajación tuvo su penitencia. Cómo muy bien ha dicho Ancelotti tras la primera derrota: “No enfada, pero molesta”.
Ahora le toca ganar al Celtic, en el Bernabéu para terminar primero de grupo. Queda pendiente.