La mejor inspiración es la cama

No señalamos nada nuevo si sostenemos que la inspiración es un elemento crucial del trabajo artístico, si bien no hay una definición clara de la misma, aunque se sabe que se manifiesta inesperada o lentamente, al compás del continuo quehacer que culmina en la obra.

En el primer caso aparece con independencia de la dinámica reflexiva, surge fuera de la misma, cuando el pensamiento no está agobiado ni inmerso en la vorágine de la realización. En lo que respecta al segundo, forma parte íntima de ese proceso productivo, incluso parece tan vinculada a él que podría pasar desapercibida.

Para Alain, el trabajo del artista consiste en reconocer la idea embrión, en liberarla con precaución, cuidando mucho de que la razón no turbe esa misteriosa tarea, esa respuesta del cuerpo humano en comunicación con todas las cosas.

Evidentemente, la creación no es sólo intuición, si bien es un punto de partida sobre el que gira el desarrollo y consumación del hacer, dando lugar a la búsqueda de la idea innovadora, a concebir materiales y realidades distintas, o soluciones y combinaciones imprevistas e imaginativas. 

Tal es así que ese brote que surge de la mente como una reacción no pensada de manera calculadora, deriva de una labor disciplinada y hasta metódica que facilita su génesis, lo que para Bergson es una percepción de la duración creadora que impulsa hacia el porvenir lo absolutamente nuevo y hace abrirse y madurar las cosas.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española   de Críticos de Arte (AICA/AECA)