INSOSTENIBLE

Es el nuevo mantra, el paño que todo lo cubre para tapar medidas tan injustas como ineficaces. Después de «Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» aparece el «Insostenible» que todo lo justifica. Por si había dudas, el informe entregado por el grupo de «sabios» al Gobierno de MR propone las reformas más duras de toda la UE para nuestro sistema de pensiones: desvinculación de subidas del IPC, aumento de la edad de jubilación, en base a una mayor esperanza de vida y mayor número de años cotizados, amén de la recomendación de seguros privados. Estas, entre otras, propuestas deben ser introducidas de inmediato, pues el sistema es INSOSTENIBLE.

La llamada Ley Wert se presenta como un intento serio de poner orden en nuestro sistema educativo, ante las escandalosas cifras de fracaso escolar. Con un comportamiento más propio de un macarra barriobajero que de un servidor de la res publica,  el responsable de la citada Ley ha rechazado cualquier propuesta, al tiempo que ha provocado algo tan inusual como la unanimidad en el rechazo de los diversos colectivos que conforman un apartado tan fundamental para toda sociedad como es la Educación. Supresión de miles de profesores, aumento de alumnos por aula, reducción de becas, aumento de tasas, recortes suicidas en I+D. Todo esto debido a que la crisis económica obliga a transformar un modelo INSOSTENIBLE. El futuro apunta a un desmantelamiento de la enseñanza pública de calidad y la potenciación de la enseñanza privada―no siempre al alcance de todos― y religiosa, para favorecer los intereses de la Iglesia Católica y sus sectores más fundamentalistas (Opus Dei, Legionarios de Cristo, Kikos, etc.).

Uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo, por calidad de servicios y gestión, está siendo desmontado pieza a pieza. Miles de profesionales han perdido su puesto de trabajo y en muchos centros faltan especialistas, al tiempo que se prosigue con el trasvase de recursos hacia el sector privado. De nuevo el espantajo de la crisis es utilizado para asegurarnos que nuestro sistema sanitario se ha vuelto INSOSTENIBLE y hay que privatizar su gestión. Es un eufemismo que no puede ocultar que se trata de una maniobra con la que se abre a inversores y especuladores un nuevo nicho de negocio, hasta ahora poco accesible. Toda inversión se plantea con una espera de beneficio y son miles de millones de euros los que conforman la tarta sanitaria. Pero el beneficio de unos pocos será el perjuicio de muchos: aumento de las listas de espera, restricción de medicinas y tratamientos y, en definitiva, una atención médica que habrá que pagar como cualquier otro tipo de servicio, y no como una prestación social.

Las «herencia recibida» con sus aberrantes cifras de paro ha sido agravada por unas medidas equivocadas, como acaba de reconocer el FMI en el caso griego, pero que el Ejecutivo de MR ha impuesto con saña, devaluando de forma brutal el mercado de trabajo y sus relaciones laborales. De nuevo el mismo argumento: INSOSTENIBLE y un grave obstáculo para la creación de empleo. La realidad, hasta ahora, se ha traducido en un mayor incremento del paro, con vaticinios negativos por parte de numerosos organismos especializados.

Pero lo realmente INSOSTENIBLE son los beneficios, siempre en aumento, de las grandes empresas y de los especuladores, la corrupción rampante que afecta a estamentos y personas que deberían ser ejemplo para toda la sociedad, la incapacidad manifiesta de una clase política que ha convertido la democracia en almoneda y llega antes a acuerdos para subirse el sueldo que para concertar iniciativas que atenúen dramas como el paro o la dependencia. La supervivencia del actual estado de cosas es tan INSOSTENIBLE como el funcionamiento del Móvil Perpetuo de primera especie (máquina que funcionaría eternamente una vez aportada la energía para ponerla en marcha) y hay que esperar, como decía Bob Dylan en una de sus canciones , que «De una forma u otra, esta oscuridad tiene que acabar».