FOTO FINISH Por Teófilo Ruiz
La publicación de la foto en la que aparecen el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el narcotraficante Marcial Dorado, disfrutando de un paseo por la ría de Vigo en el yate del hoy encarcelado delincuente, abre alguna que otra interrogante sobre la situación y el clima que se vive en el partido del Gobierno.
Núñez Feijóo ha sido, hasta ahora, el único dirigente del PP que se ha pronunciado de forma tajante sobre el caso Bárcenas, indicando que se debería pedir perdón a la sociedad por este asunto y ahora es él quien tiene que justificar la razón de una amistad harto peligrosa, pues no es de recibo una relación con gentes de este tipo por parte de un personaje público.
En realidad, esta imagen ya se conocía desde hace años en círculos del PP y, por lo tanto, cabe preguntarse por la razón de su utilización en este momento y quién la ha hecho llegar al medio de comunicación (EL PAÍS) que la ha publicado. Como casi siempre ocurre en estos casos, las tareas de «investigación» se concretan o inician con la filtración de alguien que pasa la información por venganza, chantaje o cualquier otra «desinteresada» intención. Una vez puesto en marcha el incendio, el desenlace se centrará en la capacidad de los interesados de atizar el fuego o en la de extinción de los directamente afectados.
La gravedad de la situación socioeconómica de España y la sensación de que MR y su gobierno se dedican a ver si escampa se presta a muchas especulaciones: desde una remodelación del Ejecutivo para recobrar la iniciativa política, hasta un acortamiento de la legislatura actual. No obstante, el autismo político de MR parece inatacable a las aberrantes cifras de paro y al rechazo social a las laminaciones que se están llevando a cabo en sectores tan fundamentales como la Sanidad o la Educación.
Así las cosas, no parece que nos desviamos mucho si señalamos que la publicación de una foto que recoge una relación de amistad fechada allá por 1995 es una filtración proveniente del interior del PP y que con esta publicidad se pretende apartar, o al menos poner un pesado lastre en sus piernas, a Núñez Feijóo de una posible carrera para suceder a MR en la próxima cita electoral. Cierto que no será nada fácil convencer a MR para que provoque una renovación de su gobierno, aunque tenga ministros como Cristóbal Montoro cuyas trampas con el déficit no alcanza ni la categoría de mal trilero; y de acortar la legislatura y dar paso a otro candidato, ni hablamos. Sin embargo, la realidad es muy tozuda y nos apunta a que en el seno del PP más de uno piensa que hay que estar preparado por si se inicia la carrera por la sucesión en la presidencia y lo mejor es eliminar, dentro de lo posible, a competidores destacados. Y no cabe duda de que, hasta ahora, Alberto Núñez Feijóo era una de los «barones» mejor valorados, por la recuperación de la Xunta de Galicia y por su posición nada «búlgara» ante la dirección de su partido y del propio MR.
En último lugar, aunque no menos importante, cabe preguntarse por los beneficiarios de la publicación de esta «foto finish» que muestra el desliz de un participante en la decisión de quién es el triunfador de la carrera. Aunque el número de aspirantes a la sucesión en la cúpula del PP es tan reducido como conocido, es de justicia suponer en todos la presunción de inocencia.