¿Estoy ante una propuesta artística objetiva o subjetiva del arte? ¡Me armo unos líos!

La teoría neoplasticista abogaba por un estilo universal que trascendiera del ego del artista y desarrollara una estética colectiva, utilitaria, funcional y fácilmente captable (abarcaría diseño, poesía, pintura, escultura, arquitectura, urbanismo, crítica y decoración). 

Como escribiría Mondrian: “el factor personal característico de una voluntaria obra de arte tiene que desaparecer…. Esto es exactamente la razón por la que el neoplasticismo puede aparecer como un estilo. En las grandes épocas de estilos la persona desaparece: el pensamiento general de la edad fue la fuerza ganadora de la expresión artística”.

En fin, que la objetividad se basaba en la eliminación de lo particular y de la realidad, en la simplicidad, claridad y pureza. Lo que también, llevado a sus últimas consecuencias, entrañaría, según él, la destrucción del arte y su fin.

Evidentemente, lo que se ha demostrado es que como augur Mondrian no tenía precio, además de que, al mismo tiempo, no nos engañemos, su movimiento enmascaraba, sobre esa idea de pretendida base objetiva, una configuración y práctica subjetivas, así como un enaltecimiento del artista como creador único y excepcional.

El propio Trotsky, que ya es decir, señalaba “que el arte significa profecía y que las obras de arte son las corporizaciones de presentimientos…”. Y respecto a lo del fin del arte, a los hechos me remito, o lo que es lo mismo, nada de nada.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)