El Real Madrid y la rutina de ganar

El Real Madrid, suma y sigue  su particular carrera hacia los títulos. En la capital de Finlandia, Helsinki, conquistó su quinta Supercopa europea, su 98 título oficial, al imponerse con superioridad y firmeza al Eintracht de Frankfurt por 2-0, con goles de Alaba y Karim Benzema.

Se puede decir que el equipo madridista estuvo un día más en la oficina y volvió a ganar, no de forma abrumadora pero sí con su clásica sobriedad,  a un equipo alemán que comenzó como un tiro para ir desplomándose poco a poco, ante la rutina  ganadora del Real Madrid, que de forma natural se sacudió los primeros sobresaltos de los alemanes para reducirlos a la nada, a raíz del 1-0 de Alaba en el minuto 35 y más aún después, tras el gol de Benzema en el 65 que significaba el 2-0 definitivo.
Un gol del nuevo capitán madridista, el alma mater de este equipo, que convierte a Benzema en el segundo máximo  goleador histórico del Real Madrid con 324 tantos, uno por encima de Raúl. Solo le supera Cristiano Ronaldo con 451.

El Real, no abrumó al Eintracht pero como decíamos, le dominó como y cuando quiso, sin excesos, pero dominando a un conjunto alemán que transitó entre el excesivo conservadurismo y la cobardía a la hora de atacar. El Madrid no necesitó forzar la máquina para batir con comodidad a los alemanes y mostrar en muchas fases del partido una gran superioridad.

Una superioridad cimentada en su gran defensa donde sobresalió Militao; un creativo centro del campo con la perfección en el pase de Kroos, el ímpetu juvenil de Modric y el gran trabajo de Casemiro, quien esta vez estuvo perfecto en su tarea de ayuda continúa. Fue declarado el mejor jugador del partido, y con razón. Y delante, como no,  apareció la majestuosidad de Benzema, una delicia de jugador al que da gusto ver. Vinicius esta vez estuvo algo más apagado, pero si estuvo participativo.

Ancelotti, lo tuvo claro desde el principio. La Supercopa la jugaron los que ganaron la Décimocuarta. Fue como una especia de homenaje a los que le permitieron llegar hasta aquí. Igual le pasó al técnico alemán que confió en el mismo once, salvo Kostic, que ganó al Rangers en la final de la Copa de la UEFA.

Al técnico italiano, no le falta razón al confiar en su once de gala porque sigue manteniendo ese poso que le hace tener un comportamiento invariable ante las dificultades.  Supo aguantar al Eintracht en el primer tramo del partido con la aparición de Kamada entre líneas, que hizo que apareciese Courtois en una gran intervención. La inmensa figura del guardameta belga, asustó al jugador japonés.

Fue la primera y única ocasión del conjunto alemán. Ahí se acabó el ímpetu inicial del Eintracht para acabar sucumbiendo  ante el Real Madrid que comenzó su dominio absoluto. Entonces, llegaron las claras ocasiones, como la que tuvo de Vinicius, a quien  Benzema le regaló un remate que el defensa  Tuta sacó de la misma línea.
El gol (1-0) llegó a balón parado. Kroos  sacó un córner, Benzema ganó un salto desde el penalti, Casemiro recogió la pelota y la envió al área pequeña donde estaba Alaba para marcar el primer gol. Pudo irse el Madrid con más ventaja al descanso, si Benzema le hubiese dado más rosca a su disparo.

No obstante ese 1-0,  fue el aliciente que necesitaba el equipo madridista que en la segunda parte mejoró a todos los niveles. Mejoró Modric  y Kroos y, por extensión, todo el equipo.
La sentencia llegó en el minuto 65, con el gol de Benzema que hace que, por derecho propio, entre en la historia del Real Madrid como segundo máximo goleador.

Con el encuentro ya encauzado, llegó el momento  de dar oportunidad a los otros. Llegaron Camavinga, un regalo a su gran pretemporada, Ceballos, Rodrygo, que siempre cumple; y por supuesto, los nuevos,  Rudiger , que probó como lateral derecho y Tchuaméni.

Y se acabó lo que se daba,  el Real Madrid volvió  a la hermosa rutina de ganar, pasó un día más en la oficina y se mostró infalible  en  los momentos decisivos. Gana y juega.

Ahora a pensar en la liga. Empieza el desafío.