Sí señor, el Real Madrid mereció perder (2-1) con todas las de le ley. El Espanyol le ganó en todos los terrenos porque tuvo más ambición y fue más agresivo ante su rival que ha perdido el oremus y se está desmadejando conforme van pasando los partidos. Lleva tres sin saber lo que es ganar, con dos derrotas consecutivas en los últimos dos partidos: Sheriff, y frente al Espanyol.
En Cornellá, el Madrid expuso sus carencias o mejor dicho el Espanyol desnudó al equipo de Ancelotti, que anda como us jugadores, perdido con sus tácticas y con entrada y salida de jugadores que muchas veces hace sin sentido.
El técnico y sus jugadores están descentrados. De repente, han perdido el norte y ha dejado de ser ese entusiasta conjunto de los primeros partidos que ilusionó a su afición. En tres partidos han perdido la fe, la confianza y hasta la frescura, entrando al lado oscuro.
La victoria del Espanyol es incontestable porque Salió a jugar al fútbol desde el primer minuto poniendo garra, sudor y sacrificio. Todo lo contrario que el Madrid que fue presa de un centro del campo indescifrable y de una defensa tremendamente débil hasta alcanzar la cota de caos.
Los blancos en ningún momento se conectaron al partido, ni Ancelotti encontró soluciones para espabilar a los suyos que de nuevo llegaron tarde. Benzema, fue el único que se salvó del naufragio general del equipo capitalino. Su luz, fue insuficiente para iluminar al resto de sus compañeros. Vinicius se ha estancado y ha dejado solo al francés, que intentó a través de su movilidad y clase, al menos, lograr la igualada. Le anularon un gol por fuera de juego y otro a Hazard, donde él también había intervenido.
Benzema estuvo solo frente el empuje y la gallardía del Espanyol que sometió de principio a fin a un Madrid timorato, distraído y muy mal colocado.
Ancelotti, tras la derrota en Champions, se pensó mucho la alineación. Esta vez nos sorprendió con Casemiro (que no anda fino), en el banquillo y Alaba como lateral izquierdo, pasando Nacho al centro de la defensa junto a Militao. Lucas Vázquez fue el otro lateral. En el centro del campo volvían a coincidir Modric y Kroos, no lo hacían desde el pasado 9 de mayo, que jugaron junto a Valverde y Camavinga.
Tanto el alemán como el croata no tuvieron su día. Sorprendentemente perdieron muchos balones y se movieron con demasiada lentitud ante la presión de los jugadores de Vicente Moreno, que supo cómo contrarrestar a estas dos estrellas.. Kroos, que acaba de salir de una lumbalgia, no está aún a tono y Modric, extrañamente, estuvo muy desacertado en la conducción y en el pase.
Seguramente que el técnico italiano con ese 4-4-2 de inicio buscaba la seguridad perdida, pero no fue el caso porque si el centro del campo no se enteraba, la defensa era un caos, sobre todo por la banda izquierda por donde llegó el 1-0 que se fabricaron primero Embarba que se fue fácil de Alaba y después, Raúl de Tomás, que actuando como auténtico delantero centro, consiguió el remate a gol tras el buen pase de su compañero. Los centrales del Madrid, ni se enteraron estaban en Babia.
En la reanudación, el Madrid cambio al 4-3-3 dejando en el banquillo a Camavinga (lesionado) y entrando Rodrygo. En los primeros minutos parecía que el Madrid quería entrar en el partido, puro espejismo. De nuevo, la falta de atención de la defensa en particular y de todo el equipo en general, propició el 2-0. Se distrajeron en una falta, nadie interrumpió la carrera de Aleix Vidal, Nacho midió mal la salida y de tiro impecable él defensa blanquiazul logró marcar el segundo tanto, que ya fue insuperable para un triste Real Madrid.
Las contras del Espanyol torturaron a un Madrid que no encontró la brújula a pesar del cambio de jugadores ( Casemiro, Jovic y Hazard). El único que encontraba el camino , como ya hemos mencionado, era Benzema, solo ante el peligro porque ni Vinicius, muy raquítico, ni Rodrygo le acompañaron.
El francés, en una preciosa jugada que culminó con un buen gol, acortó distancias que de poco sirvió. Nadie siguió la estela de Benzema, que fue lo único destacable de un pobre Madrid, que pasó por Cornellá ofreciendo una mala imagen que debe llevar a la reflexión. Ahora, que la liga se para durante quince días por las selecciones, tienen tiempo para buscar soluciones.
El Madrid que comenzó la temporada como un tiro, tiene motivos más que suficientes para preocuparse.