El Real Madrid comienza el año con resaca
El Real Madrid que terminó el año como un tiro comenzó el nuevo año de forma vulgar y dando un petardazo en el Coliseum donde perdió (1-0) contra el Getafe. Cortando su buena racha se 15 partidos invicto. No perdía desde hace tres meses, cuando lo hizo en Cornellá, ante el Espanyol.
Muchos se preguntarán ¿cómo es posible que el Madrid haya perdido este partido? Pues muy sencillo, por falta de intensidad. Esa falta de intensidad es la que le sobró al Getafe para imponerse a un Madrid muy blando y que no supo reaccionar ante la mayor energía del equipo azulón.
Como bien dijo Ancelotti “Muchos jugadores seguían de vacaciones” a lo que habría que añadir que el técnico también lo estaba, viendo su alineación, su planteamiento y sus cambios. El italiano otra vez chocó contra un conjunto muy bien encerrado atrás con una defensa de cinco, como ante Cádiz y Osasuna que no pasó del empate a cero. Pero en esta ocasión, lo peor de todo es que su defensa estuvo en plan desconcertante.
Tan desconcertante estuvo la defensa que su mejor jugador, Militao tuvo un fallo impropio de un defensa de élite. El central brasileño, tan seguro otras veces, tuvo un ataque de autosuficiencia y de conformismo que aprovechó Enel Unai para marcar el único tanto del partido, robándole la cartera en un despropósito de jugada por parte del defensor blanco.. Inadmisible ese falló que cayó como una losa en el líder , que ya no levantó cabeza.
El fallo, lejos de activar a los blancos agudizó la tensión en una defensa que estaba en la inopia. Poco tiempo después del gol del Getafe, Alaba estuvo a punto de cometer otro error infantil que por suerte no supo aprovechar el rival. El Madrid estaba en la higuera y no se enteraba de lo que iba el partido.
En Getafe, vimos a un líder desconocido donde mostró su peor cara en lo que va de temporada. Además de estar irreconocible en defensa con ese fallo de Militao, el equipo tuvo muy poca fluidez en ataque, empeñados una y otra vez en atacar por el centro. También es verdad que sus dos extremos, Rodrygo por la izquierda y Asensio por la derecha, no colaboraron para tener más presencia atacante. Nunca desbordaron y nunca hicieron un uno contra uno. Faltó Vinicius, y faltó desborde e imaginación. Se notó mucho su ausencia.
El Getafe jugó con sus armas: ambición, sacrificio y disciplina; y también por qué no decirlo, con faltas rozando el reglamento. Pero en todo caso, el Real Madrid no estuvo a la altura de lo que requería el partido. No se arremangó para ponerle la misma energía que su rival. El Getafe le ganó en intensidad y para ganar en esta clase de partidos, hay que igualar, como mínimo, esas ganas del contrario. El Madrid no lo hizo y por eso, perdió.
No se puede salir a jugar un partido con la blandura que lo hizo el equipo de Ancelotti. Y más aún, si sus dos extremos como Rodrygo y Asensio, ausentes casi siempre, son incapaces de abrir el campo para crear espacios. La presencia de estos dos jugadores no justificó la ausencia como titular de Hazard, que por lo poco que se le vio en el segundo tiempo, le hubiese venido mejor a su equipo que estuvo muy romo en ataque.
Si al Madrid le faltó empuje y energía, al Getafe le sobró, acumulando faltas desde el minuto uno para terminar comiéndole el terreno a un cómodo Madrid que además, estuvo “atontao” en todos los sentidos.
Cierto es que a pesar del flojo partido de los blancos, lo más justo hubiese sido un empate. David Soria, el guardameta del Geta, hizo dos auténticos paradas de gol. Una fue a Modric en el primer periodo; Y la otra a Casemiro en la segunda parte. Sin contar un balón al travesaño que mandó el jugador croata en los que fueron los mejores minutos del Madrid en los primeros 45 minutos.
Por haber, hubo hasta una jugada polémica por agarrón de Damián a Marcelo, que salió en el segundo periodo por Mendy. Regate de Marcelo en el área y el jugador azulón, jugando con fuego, agarra al brasileño claramente. Por lo que se ve los agarrones dentro del área ya no son penaltis. Para que al Madrid le piten un penalti a favor, hay que agarrar mucho más fuerte. Es una evidencia.
Carlo Ancelotti, viendo que se le iba el tiempo, busco remover el cotarro con cambios que en algunos casos sorprendieron como el de Isco, sin minutos en los dos últimos meses; Mariano y el chaval Peter Federico. Pero nada cambió, porque el Madrid nunca estuvo en el partido.
De esta forma, el Real Madrid firmó su segunda derrota en la liga que no debe crear alarmas pero que debe servir de escarmiento. Nunca se debe jugar con autosuficiencia y con la complacencia como lo hizo frente al Getafe. Ha sido un buen toque de atención.
En el Coliseum, no hubo ni rastro del líder convincente de antaño.