Después del ridículo histórico que hizo el Real Madrid el pasado miércoles frente al Alcoyano, en la copa del Rey, la verdad que me apetece muy poco hablar del más que aceptable partido del equipo madridista en Vitoria, donde venció por (1-4) al Alavés. Benzema por partida doble, Casemiro y Hazard, que se ha estrenado como goleador en esta temporada, fueron los autores de los cuatro tantos.
De alguna forma, el Real Madrid está tratando de pedir perdón por el bochornoso espectáculo que dio en la Copa. Y como lo ha hecho? Pues poniéndose serio y haciendo un notable partido, sobre todo en los primeros 45 minutos donde desnudó a un Alavés bastante raquítico y con poco fútbol. El Madrid jugó como se supone a un equipo de su categoría. Ni más, ni menos.
Después de tres partidos sin conocer la victoria, el equipo de Zidane se reencuentra con el triunfo y de paso se redime un poco de su vergonzoso paso por la copa.
Pintaban bastos entorno al Madrid, con la ausencia de Zidane por dar positivo de Coranovirus, a quien ha sustituido su segundo, Bettoni; sin Sergio Ramos y Carvajal que siguen lesionados; y por la motivación extra que se presumía iba a tener el Alavés por su centenario. Nada de esto, distrajo la atención de los blancos que salieron a la búsqueda del perdón de su enfadada afición. Y para ello, nada mejor que goles, que son las únicas razones que el fútbol entiende.
El Real Madrid, necesitaba un chute de autoestima y de confianza, por esta circunstancia salió como un tiro doblegando a un triste Alavés ( A Abelardo le espera mucho trabajo) en un abrir y cerrar de ojos. Con Modric y Kroos al mando, que hicieron una buena pareja de baile, sacando a relucir su repertorio para hacer funcionar como un reloj a su equipo, que cuajó una buena primera parte.
Este Madrid de va y viene, pero que tiene un gran instinto de supervivencia, reaccionó tras tener todo y a todos en contra. Se levantó, tras la crucifixión consiguiendo una victoria que necesitaba más que nunca. El partido quedó sentenciado en la primera parte, donde los blanco jugaron con criterio y mucho sentido. El 0-3 fue inapelable.
El primero fue como consecuencia de un saque de esquina que Casemiro marcó de cabeza, suma ya cinco goles en esta temporada. El brasileño es uno de los jugadores más fiables de la actual plantilla,siempre se le ve comprometido.
El segundo gol lo logró Benzema, todo un señor golazo que contó con la colaboración de Hazard, cediéndole sutilmente con el tacón para que el francés, con su toque mágico, resolviese magistralmente por toda la escuadra. Benzema, después de estar un tanto mustio en los últimos partidos, volvió a ser ese jugador diferente que tanto necesita su equipo, aportando claridad,eficacia y gol, además de mucha clase.
Al borde del descanso ¡por fin! Llegó algo positivo de Hazard,que hizo el tercer gol tras pase magnífico de Kroos, quien tras robar la pelota en el centro del campo, envió un centro preciso al espacio donde estaba Hazard que definió con seguridad. El belga, parece ser que empieza a hacerse notar. Falta le hace a su equipo.
En la reanudación, el Alavés que había estado muy plano, empezó a dinamitarse jugando con más ímpetu que lo había hecho en el primer periodo. Abelardo introdujo dos cambios como Manu y Lucas, que le dieron más profundidad, pero llegaron tarde. El Madrid, por el contrario se dedicó a practicar ese fútbol control que no conduce a ninguna parte. Bajó los decibelios y el Alavés sacó rédito de esa relajación, logrando el gol del honor obra de Joselu, que a balón parado conectó un tremendo cabezazo. Los de Vitoria, con ese gol se animaron en busca de los imposible pero Modric, en otro buen partido del croata, enfrió las ganas del Alavés, al inventarse un pase magistral a Benzema, que el francés se encargó él solo de marcar el cuarto gol, un tanto de autor. Ahí se acabó lo que se daba.
Antes del 1-4 Bettoni (con Zidane al teléfono),sacó del terreno de juego a Hazard ( de momento solo está para una hora) y mandó entrar a Vinicius para ver si se redime de una vez de su tristeza. Nada pasó ya.
Con el sabor amargo de la vergonzosa derrota de Alcoy, el Madrid intenta pedir perdón por esa ofensa a toda la afición madridista, tratando de recuperar la confianza con victorias como la conseguida en Mendizorroza. Va a ser muy difícil, porque los seguidores blancos están muy decepcionados con un equipo que en una semana tiró por la borda la Supercopa y la Copa. No solo por perder, sino por las formas de hacerlo que les ha producido sonrojo y vergüenza. Les va a costar perdonarlos.
Solo les queda la Liga, que está difícil con un Atlético impecable, y la Champions. Todo un reto que para un equipo fiable sería posible, pero este Madrid no ofrece garantías ni seguridad ninguna.
El perdón de la afición, a pesar del contundente triunfo, no ha llegado aún. Fue mucha la ofensa.