El Real Madrid con el empate (1-1) ante el Elche en el Martinez Valero, puso freno a su buena racha de seis victorias consecutivas en este mes de diciembre que apuntaba a ser casi perfecto. Pero no, a la séptima tropezó y pierde el paso con el Atlético de Madrid que se distancia a dos puntos con dos partidos menos.
En el último partido del año, el Madrid se equivocó o tal vez pecó de conformismo a la vez que cometió errores puntuales como el agarrón claro de Carvajal a Barragán ante las mismas narices del colegiado, que señaló penalti y transformó Fidel en el empate a uno definitivo. Un puntazo para el Elche que hasta entonces, había sido espectador del juego combinativo del Madrid que dominó todo lo que quiso durante los primeros 45 minutos, pero con una circulación de balón demasiado lenta.
El equipo ilicitano a raíz de empatar fue cuando mejor jugó metiendo en algunos apuros a su rival. El Elche con poco ha conseguido mucho, aunque tiene un equipo muy bien estructurado como demostró conteniendo a un Madrid que venía de estar en un estado general de optimismo.
Tras la igualada, el Madrid puso algo más de velocidad en el juego pero le costaba encontrar los espacios que muy bien le cerró su adversario con una poblada y bien organizada defensa. Y cuando la superaba, se encontró con el acertado guardameta del Elche, Badia, que fue todo reflejos e instinto.
El equipo de Zidane no se puede decir que estuvo mal, hizo un aseado primer tiempo que le pudo dar para hacer más de un gol. Tuvo hasta cuatro ocasiones claras, una madera a una volea de Marcelo,la novedad en la alineación, más otra a la que acompañó Modric para hacer el único gol de los blancos, que vistieron de negro.
Tal vez el Real Madrid se durmió en los laureles. Todo comenzó con un dominio absoluto de los de Zidane que apenas se veían intimidados por el Elche que se dedicó a resguardecerse en su área, esperando alguna contra que otra. El Madrid se sentía seguro y dueño de la situación que estrenó banda izquierda, con el reaparecido Marcelo y un Asensio que se ganó la titularidad por su buen partido frente al Granada. Ambos mandaron sendos balones a la madera. En el segundo, obra de Asensio tras un fuerte disparo Badia tocó lo justo para dirigirla al travesaño, Modric que había seguido la jugada terminó rematando el rechace con la cabeza que entró por la escuadra. Era el 0-1 con el que se llegó al descanso. Luego, en los inicios del segundo periodo llegó el apagón y la modorra.
El apagón y el error. Un error que le cuesta dos puntos menos. El acierto que no tenía el Elche lo compensó Carvajal, con un penalti sin sentido, para equilibrar inesperadamente el partido. El agarrón del defensa madridista no ofreció ninguna duda al colegiado que señaló la pena máxima (también hubo un agarrón parecido a Benzema que el arbitro no vio). Fidel no perdonó e igualó el choque en todos sus aspectos. A raíz del empate, el Madrid lo intentó con más velocidad en sus acciones, pero lo que siguió fue un ejercicio de impotencia con ataques sin fundamento y carentes de criterio y brío.
El encuentro en su parte final fue a campo abierto. Se repartió el peligro en ambas porterías. El delantero del Elche Boyé mandó un balón a la base del poste izquierdo de la portería madridista; Badia tuvo dos grandes intervenciones de mano a mano con Carvajal y Sergio Ramos. En el último instante, la réplica la dio Courtois al sacar una gran mano a un lanzamiento de falta que llevaba marchamo de gol.
Es curioso, pero el Madrid había ganado seis partidos seguidos jugados al completo por Mendy. Ha sido sentarse y la racha cambió, aunque no se puede acusar a su sustituto. Marcelo, está intentando ser ese Marcelo que el tiempo parece que ha eclipsado. Trata de rebelarse contra el tiempo, pero como se suele decir,esa es una rebelión perdida. Una pena. El brasileño, no obstante estuvo en mejor tono que en anteriores ocasiones.
A esa nueva banda izquierda volvió también Hazard (enésimo regreso), que jugó los últimos minutos sin apenas trascendencia.
Zidane, como su equipo, también estuvo lento en los cambios que llegaron tarde. No entendí la sustitución de Kroos, que era el jugador que podía encontrar los espacios que el Elche le negaba a su equipo.
En definitiva, para terminar el año, el Real Madrid se ha llevado un buen chasco, con un tropiezo inesperado.