El Clásico fue para el Real Madrid (2-1) ganó al Barcelona, por ser más efectivo que su rival y por ponerle más empaque y nervio en la primera parte donde fue mejor. Luego sufrió en el segundo periodo y supo sobrevivir, después.
El triunfo para los dos equipos era vital para la lucha final por la liga. Hace poco estos dos mismos equipos, estaban en el horizonte lejano frente a la gallardía del Atlético que caminaba con comodidad por el torneo doméstico, con una buena ventaja. Pero el fútbol tiene muchos recovecos y el Real Madrid amanecerá el domingo como líder de la competición a falta de lo que haga el Atlético.
El partido entre Real Madrid y Barcelona, la verdad que no defraudó. Nadie se lo quiso perder, incluso una tormenta se asomó al duelo de los dos grandes del fútbol español. En el Alfredo Di Stéfano, vimos un partido vibrante, bravo y muy profundo con dos estilos diferentes del que Salió vencedor el Real Madrid, que en la búsqueda permanente del espacio se impuso al control del Barça.
Zidane, que hasta ahora no lo teníamos como un gran especialista en pizarra, lleva los dos últimos partidos, el clásico y contra el Liverpool, sembrado a nivel táctico. Ante la defensa de circunstancias que tiene, está optando por la variación de sistemas, apretando en defensa para volar al espacio con ataques rápidos.. Así fue como descompuso al equipo azulgrana durante todo el primer periodo.
Además acertó de pleno con el anclaje de Valverde, única novedad respecto al partido contra el Liverpool, que fue el hombre para todo, el verso libre que desajustó al equipo de Koeman, porque unas veces actuaba como lateral en ayuda de Lucas Vázquez para frenar a Jordi Alba. Y otras veces, la mayoría, jugaba al ataque con libertad de movimientos.
Así nació el 1-0. Valverde cogió un balón, corrió con esa fuerza tan característica suya sin que nadie le saliese al paso,Jordi Alba se despistó, y el uruguayo cedió a Lucas Vázquez que lanzó un magnífico pase que Benzema remató, con delicadeza y gran belleza, de tacón, la única forma posible de rematar esa pelota. De nuevo, Benzema nos brindó una delicatessen. Fue un hermoso gol.
El tacón de Benzema,una obra de arte, fue la señal palmaria del plan que tenía el Madrid y los defectos del Barcelona, que parecía rehabilitado después del nuevo dibujo táctico de Koeman de jugar con tres centrales. En esta ocasión, en el Alfredo Di Stafano, esa defensa fue un desastre. Tanto que en el segundo periodo cambio al dibujo y volvió a los cuatro defensas. El Madrid, sin tener tanto la pelota, era más profundo que el Barcelona que, bien es cierto, había encontrado el balón, pero el equipo de Zidane encontró antes el gol, la esencia del fútbol.
A la pausa que ponían los azulgranas, respondían los blancos con vértigo. Ahí Vinicius era el estandarte, retando una y otra vez a su marcador, Mingueza a quien muchas veces se unía Araujo. Una falta del uruguayo al brasileño derivó en el 2-0. Kroos, de carambola, lanzó y retrató a Dest que le volvió la cara a la pelota, le rebotó el balón en la espalda y Jordi Alba no pudo llegar para despejar con la cabeza. Era un 2-0 que ponía tierra de por medio.
Los dos goles hicieron cambiar el plan del Barça que empezó a tener aún más el balón y a pisar con más ahínco el área madridista, que le espero con una esforzada defensa que con Valverde ayudando a Lucas Vázquez, se convirtió en una defensa de cinco. De esta forma el Madrid se mostró firme, tapando los huecos que intentaba abrir Messi.
El Barcelona, después de 19 partidos sin conocer la derrota salió dispuesto a lograr el triunfo que le aupase al liderato. Reforzado por los últimos resultados y por la presencia de Joan Laporta, que había dado la confianza a Koeman como entrenador. Era el momento de dar un puñetazo en la mesa en casa de su máximo rival. Pero pintaron bastos y además fracasó con la fórmula con la que había encontrado la buena senda. No es lo mismo jugar con el Valladolid, con todos mis respetos, que con otro equipo de tu mismo potencial.
Esta derrota le ha sentado a cuerno quemado a los azulgranas, porque es como volver a empezar con menos partidos en la liga y con la final de la copa del rey en pocos días, a la que se tiene que agarrar como clavo ardiendo. No obstante, en la liga aún tiene serias opciones.
La ventaja en el marcador se adaptó perfectamente al plan que tenía Zidane. Se replegó un poco más, cerrando los espacios a Messi y evitando los desbordes de Dembelé, muy bien sujetado por Militato que cuajó un buen partido y que se suma a la causa blanca.
El Barcelona tenía la posesión pero no llegaba a ninguna parte. El Madrid pudo sentenciar en otra contra supersónica de Vinicius, todo velocidad, abrió para Valverde que tiró al palo. En el rechace, Ter Stegen detuvo el disparo de Lucas Vázquez, que después no pudo terminar el partido por lesión. Una baja que preocupa ante lo que se avecina, de un jugador que no tienen mucho nombre, pero que trabaja y trabaja hasta la saciedad. Se merece la renovación ya.
Antes del descanso, también es verdad Messi pudo acortar distancias con en saque de esquina que a punto estuvo de ser un gol olímpico; y en un remate que paró Courtois. Ya no pasó nada más.
Si el primer tiempo fue para el Real Madrid que hasta pudo irse con un resultado más abultado que ese 2-0; el segundo periodo fue del Barcelona que salió a la desesperada. Koeman dio entrada a Griezman y prescindió de un central. Acabó acumulando delanteros que llevaron incertidumbre y peligro a la portería de Courtois. En esta ocasión, como le ha sucedido en copa y en los últimos partidos, no consiguió la victoria y ni tan siquiera el empate que a punto estuvo de lograr Ilaix en el último suspiro , lanzando el balón al travesaño.
Antes de eso, Mingueza de forma poco ortodoxa, logró que el conjunto azulgrana se aferrase al partido. El Barcelona remó y remó, y nunca mejor dicho ante el diluvio que cayó en Valdebebas, pero murió en la orilla con orgullo.
Con el 2-1, el duelo fue un ir y venir. Las llegadas eran constantes en las dos direcciones. El partido estaba roto y pudo desnivelarse para cualquiera de los contendientes, que tuvieron sus buenas oportunidades.
A falta de un cuarto de hora para finalizar el partido, Zidane pensó en Anfiled, retirando a Kroos,Benzema y Vinicius y dando entrada a Mariano, Isco y Marcelo. Bajo un insistente aguacero, el partido se volvió épico con el Barcelona volcado en busca del empate que reclamó penalti en una jugada donde Mendy cometió una temeridad con Braithwaite de por medio. Le dio un sutil toque en el brazo cuando la jugada ya no entrañaba peligro que el danés amplificó con una caída que más bien parecía un desmayo. Hebemus polémica. Casemiro,justamente, fue expulsado por doble amarilla en el minuto 90.
Messi, se quedó frío y hasta tiritando. Sigue siendo lo mejor de este Barça pero ya no es el de antes. Ya no desborda ni fue tan determinante como otras veces. Casi pasó por puntillas del que puede haber sido su último clásico.
La indignación con el colegiado Gil Manzano por no pitar lo que para los azulgranas fue un claro penalti de Mendy; y por no prolongar el partido más de esos 4 minutos que dio, no debe disimular la realidad de un Barcelona que tuvo muchas carencias, sobre todo defensivas.
El Madrid ganó porque fue un equipo más eficaz y profundo. Y porque, después hizo un gran ejercicio de supervivencia y de casta, que le sirve para dormir líder y apostar por esta liga que está que arde..
PD. Pique no jugó pero no faltó a la cita del clásico, porque tiene que ser protagonista y más si su equipo ha perdido. Estaba muy enfadado, igual que Koeman que con un actitud poco deportiva, dejó plantada a la TV que dio el partido. El defensa azulgrana salió al encuentro del arbitro para echarle en cara que no señaló, lo que para él era un claro penalti, y por prolongar el encuentro solo 4 minutos.