Diálogos entre artistas contemporáneos (I)

Empezó la reunión AI WEIWEI con la propuesta de que lo importante es cuestionarlo todo y echar por tierra lo que consideramos irrefutable. Sí, pero siempre, comentó a su vez DAVID AITMEJD, que sea positivo y seductor. De lo que se trata es de que las obras avancen hacia la vida, en vez de hacia la muerte.

No obstante, manifiesta CECILY BROWN, no hay que pensar en el arte del pasado como en algo lejano, hay que tenerlo presente en todo momento. Bueno, contesta GLEN BROWN, yo construyo mis cuadros con restos o partes muertas de las obras de otros artistas. Pues yo, dice ANDRÉ BUTZER, mezclo constantemente forma y contenido y después lo olvido todo intencionadamente. En cambio, mi problema, explica URS FISCHER, es que mis obras no se parecen a lo que pretendía en un principio.

En mi caso, señala WALTON FORD,  busco un cierto juego de atracción y repulsión, mientras MONA HATOUM expone que su trabajo ha de ser tan abierto que pueda interpretarse a niveles diferentes. Con eso lo que estamos expresando, interviene ARTURO HERRERA, es que en nuestras interacciones visuales median la fragmentación y el deseo, el recuerdo y la asociación. Yo preciso más, apunta ROBERT MOSKOWITZ, porque creo que siempre hay una imagen que se presenta. Quizá no sé exactamente lo que significa, pero se podría decir que la imagen es la idea.

Al final ROBERT GOBER, harto de tantas invocaciones que han perdido la inocencia, cierra la sesión con la siguiente imprecación: mi comunicación es la obra y no la palabra.

Gregorio Vigil-Escalera Alonso

Miembro de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte