Consejos oficiales para artistas que quieran vender

John Baldessari (1931) es un artista norteamericano que, harto del trabajo pictórico que había emprendido, empezó a considerarlo un monótono diálogo cuyo vocabulario se había agotado y vuelto obsoleto, motivo por el que se aventuró a apuntarse al arte conceptual en los años setenta.    

Previamente, en un show titulado “Proyecto de cremación”, quemó todas sus pinturas en un acto catártico que se convirtió en una nueva vía de creatividad –lo que nos remite a muchos casos similares inspirados por un espíritu ¿santo?-.

No obstante, tuvo tiempo de dejar registrados en un lienzo unos breves consejos prácticos para conseguir vender:

  • Por lo general, los cuadros de colores claros se adquieren con preferencia a los de colores oscuros, excepto en nuestra península, que, por decreto de las autoridades, se imponen los negros, los sórdidos, los sombríos y los lóbregos, dado su significación presente y su mayor demanda.
  • Como temas, son recomendables las madonas con niño, los paisajes, las naturalezas muertas, los desnudos, los retratos, las marinas, la abstracción y el surrealismo. Sin embargo, nuestros dirigentes ven en España, ahora, una apropiada coyuntura para la pintura de escombros, cadáveres, naturalezas raquíticas bajo tumbas, colas, aguas contaminadas, la abstracción hueca y un surrealismo santificado y beatificado por la crisis.
  • Y, por último, lo que hay que evitar es comprar lienzos en que figuren vacas y gallinas porque acumulan polvo, mientras gallos y toros tienen una salida y conservación más limpia. Lo cual es contrario a lo que en nuestro país las instancias oficiales pronostican, pues de acuerdo con ellas el éxito va de la mano de carteras vacías, bolsas caducadas, casas sin paredes y, como remate, lo más sublime: ciudadanos empaquetados.

Gregorio Vigil-Escalera

De las Asociaciones Internacional y Española de Críticos de Arte (AICA/AECA)