Llegó Vinicius y llegó la alegría, el desborde y hasta la fantasía. El brasileño fue fundamental en el triunfo (4-1) del Real Madrid sobre el Valencia. Al igual que Benzema, ambos autores de dos dobletes. Los dos fueron la cara visible del buen partido de los blancos que han vuelto a la senda del buen juego.
Y es que Vinicius-Benzema forman una sociedad casi perfecta. Uno, es rápido como el viento como el brasileño; y el otro, el francés, es pura técnica y clase.
El Valencia, comenzó con mucho brío tuteando a su rival en la primera media hora para ir apagándose poco a poco. Así fue hasta que Modric cogió la batuta y empezó a dirigir a su orquesta que comenzó afinar con acierto.
El Valencia achaca su desconexión al dudoso penalti que el colegiado Hernández Hernández, señaló en el minuto 42. El colegiado canario, señalado por el madridismo como sospechoso, apreció falta de Alderete a Casemiro y no dudó en señalar la pena máxima. El contacto, aunque leve, existe. No es jugada de VAR. Es de árbitro.
Benzema, de forma inapelable lo transformó en el 1-0,marcando de esta forma su gol número 300 como jugador del Real Madrid.
El equipo blanco,antes del penalti ya se había hecho con el partido claramente y pudo adelantarse minutos antes con un cabezazo de Militao que paró Cillissen en la misma raya de gol; y en un disparo de Modric al larguero, tras jugada llena de clase del croata.
Del Valencia, ya entonces había pocas noticias. Había competido los primeros minutos pero lo hizo sin crear ningún peligro. Courtois estuvo inédito en el primer periodo.
El equipo “che”, y más concretamente su afición se quejara de ese discutible penalti, pero no le debe servir de excusa después de recibir cuatro goles como cuatro soles, como sinceramente reconoció Gayá al finalizar el encuentro.
El Real Madrid, que ya se olvidó de las vacaciones de Navidad que tuvo en Getafe, volvió a ser ese equipo sólido y bien estructurado con el que abrió brecha en la liga. Contra el Valencia fue superior en todos los aspectos jugando con ritmo y con las ideas muy claras, con penalti y sin penalti.
Nada que objetar al triunfo madridista. El Valencia fue incapaz de detener el chorro de juego que desplegó Modric, un juvenil con la sabiduría de todo un veterano. Tampoco pudo contener el desborde y la chispa de Vinicius, un peligro continúo; ni la clase ni la excelente colocación de Benzema; y el compás preciso de Kroos…. Y de todo el Madrid en general, que fue contundente y solidario. De ahí el amplio resultado.
Si en la primera parte hubo cierta igualdad, en el segundo periodo el juego se inclinó al bando blanco. Vinicius se desató y llegó la revolución ante un Valencia al que se le rompieron las costuras. El 2-0 llegó en una jugada de equipo. Lucas la inició con una diagonal, con Kroos como acompañante para ceder a Benzema que se asoció con Vinicius tirando de pared, el brasileño pura velocidad, burló a Alderete y a Diakhaby, marcando plácidamente el segundo tanto.
El 3-0 también fue cosa de Vinicius al seguir la jugada con atención en el disparo que hizo Asensio, muy activo estuvo este jugador, y que despejó Cillessen, quedándose la pelota muerta al brasileño que hizo el doblete.
Con el resultado franco, Ancelotti hizo cambios y retiró a Modric,despedido con una gran ovación por el Bernabéu, puesto en pié ¡Que jugador, Dios Mío! Otro que se marchó fue Casemiro, que tenía tarjeta amarilla. Los sustitutos fueron Valverde y Camavinga.
Con los cambios, el Valencia tuvo algunas opciones como el tremendo disparo de Wass al que respondió Courtois con una enorme parada. Aunque las contras del Madrid amenazaban con ampliar la cuenta; llegó el tanto valencianista tras penalti absurdo de Mendy que Guedes marcó en segunda instancia, tras parar primero Courtois.
El broche lo puso Benzema, con su clase exquisita hizo un reverso para colocar el balón junto al palo, donde nadie puede llegar. Imparable. Su gol 301.
El Real Madrid, con esta respuesta contundente, vuelve a sonreír y se carga de optimismo para afrontar el clásico de la Supercopa en tierras árabes, el próximo sábado.
Fue un triunfo de líder.