Baño del Barça al Real Madrid

El Barcelona destrozó literalmente al Real Madrid endosándole un inapelable (0-4) en el Santiago Bernabéu, que vivió una de sus noches más negras. Negra era la camiseta del Madrid para conmemorar el 120 aniversario y muy negra fue la actuación del equipo madrileño que cuajó  la peor actuación colectiva en mucho tiempo. Y encima fue frente a su máximo rival, el Barça que le dio un buen repaso en cuanto a fútbol se refiere.
 
    Desde el 2019 llevaba el Barcelona sin ganar al Real Madrid  o lo que es lo mismo, los últimos cinco enfrentamientos. En el sexto, los azulgranas han roto su mala racha con un triunfo absoluto y rotundo. Cuatro goles como cuatro soles que deja bien claro la superioridad azulgrana ante un Madrid desganado, sin energía y muy aturdido.
 
  El equipo de Ancelotti no salió suficientemente mentalizado para afrontar este clásico. Enfrente estaba un Barcelona que se tomó el partido como una final, querían  revalidar la nueva era que  ha comenzado con Xavi Hernández como entrenador. Necesitaban un triunfo así para dejar bien claro que el Barça ha vuelto. Ha sido un gran triunfo para el futuro.
   
  Del Real Madrid no hubo noticias. Fue un auténtico desastre como equipo. Le fallaron todas las lineas. Nada le funcionó. La delantera con Vinicius y Rodrygo nunca encontraron espacios porque apenas le llegaban balones; El centro del campo no existió fue un bulto sospechoso; y la defensa fue de chiste. Nacho nunca pudo con Dembelé y mucho menos Carvajal con Ferrán Torres. Los dos centrales, Alaba y Militao, no tuvieron su noche y cantaron en los dos primeros goles del Barça, que marcaron Aubemeyang rematando de cabeza al primer palo,Alaba pudo hacer algo más; y Araujo que en un saque de esquina cabeceó solo entre los dos centrales. En una palabra, el equipo  como la defensa fue un desastre total.
 
  Pero el mayor desastre lo protagonizó Carlo Ancelotti con una alineación muy mal parida y con decisiones después que elevaron a la máxima categoría, el estropicio en que se convirtió el equipo blanco (que vistió de negro). El técnico italiano  para tapar la baja de Benzema(una baja decisiva al ser el jugador más determinante de esta liga) alineó a Valverde, dejando como falso nueve a Modric,¡toma ya!
  Creo recordar  que tras caer derrotado ante el Espanyol, juró que jamás volvería a utilizar el sistema del 4-4-2… pues bien, volvió en una pésima decisión a utilizarlo para desgracia de su equipo. Ni Valverde jugaba como centrocampista  y mucho menos Modric, como delantero. El Madrid perdió un centrocampista y un delantero al mismo tiempo. A Modric  esa nueva función le sacó de la suya, la de organizar  y llevar el mando. Sin el organizador y sin delantero centro, fue el caos.
 
  Ancelotti es el gran  culpable de la derrota tan dolorosa que ha sufrido su equipo. No lo digo yo, que lo digo. Lo ha dicho y reconocido,también, el propio técnico en rueda de prensa. Su planteamiento fue un despropósito.
  Al descanso intentó el arreglo pero fue mucho peor el remedio que la enfermedad. En un ataque de locura, Ancelotti Salió a jugar el segundo periodo  con tres defensas. Esta decisión suicida y hasta estrafalaria dejó al Madrid  indefenso ante un Barcelona que vio sangre y se tiró a la yugular de su rival, marcando  dos goles más en menos de tres minutos, que dejaron sentenciado el partido. Ancelotti, es el gran señalado.
 
  El equipo de Xavi arrolló al Madrid, con un fútbol de muchos quilates basado en la presión muy alta, el toque y en la búsqueda de espacios porque el Madrid se los ofrecía con una facilidad asombrosa. Fue un atropello, que les va a servir más para su autoestima que para la clasificación final, aunque nunca se sabe. El Madrid queda tocado y avisado.
  En el mejor escenario posible, el Barça reivindicó que quiere volver a ser ese equipo imperial que fue hace bien poco, que ha olvidado su época de depresión que le ocasionó  la marcha de Messi. Hay una nueva generación de jugadores que aseguran un buen y prometedor futuro y tienen a un nuevo jefe que es el líder del equipo, Xavi Hernández, que se se consagró en el Bernabéu.
 
  El Real Madrid sólo hizo acto de presencia en los primeros Díez minutos con Rodrygo y Vinicius intentando pequeñas escaramuzas. Valverde tuvo una buena ocasión que desvió con los dedos Ter Stegen. Y ahí se acabó todo. Fue un espejismo antes del baño que llegaría después y que duró hasta el final.
 
  Después del tibio dominio madridista inicial, llegó el Barça pletórico con los goles que ya hemos narrado de Aubemeyang, que ha caído de pie en el conjunto azulgrana,tras jugada de Dembelé que dejó tirado a Nacho. Araujo de cabezazo limpio hizo el 0-2, resultado con el que se llegó al descanso. 
 
  Tras el descanso, le entró la locura a Ancelotti  que retiró a Carvajal y Kroos, metiendo  a Camavinga y Mariano, el jugador fantasma. El resultado no pudo ser peor, el Madrid quedó totalmente desajustado y a merced de un Barcelona que seguía con hambre (la que le faltó al Real Madrid). La barbaridad táctica de Ancelotti fue un regalo para el Barça que lo agradeció con dos goles más, y los que pudieron ser.. Ferran a pase de tacón de Aubemeyang, hizo el 0-3 ante el desbarajuste defensivo. La defensa de tres apenas duró cuatro minutos, Casemiro pasó a ser central pero el  (0-4) llegó en un abrir y cerrar de ojos, Aubemeyang  marcaba su segundo tanto, que le negó un asistente y que después concedió el VAR
 
  Los últimos 20 minutos ya sobraron, el Barcelona con el trabajo ya  muy bien hecho, se tranquilizó y el Madrid puso algo de orgullo para empañar lo que había sido una horrorosa noche.
  Con este categórico resultado, el Barcelona de Xavi, ve aumentada su autoestima e incluso fantasea con la liga. Y el Madrid, sale muy castigado con una dura derrota que puede afectar a su ánimo  y que puede tener consecuencias imprevisibles.
 
  Derrotas así escuecen, y mucho, sobre todo en el palco. El Madrid tienen todas las papeletas para ganar la liga, pero seguro que Florentino Pérez y la afición no van a olvidar esta bochornosa derrota ante su máximo rival. Que Ancelotti se ande con cuidado. Los cuchillos apuntan a él.