ASÍ QUE PASEN VEINTE AÑOS
Según un informe de PricewaterhouseCoopers (PwC), la empresa de servicios profesionales más importante del mundo, en España no volveremos a los niveles de desempleo de antes de la crisis (6,8%) hasta 2023. Es un dato que viene a poner no pocos granos de sal a las cifras del paro registradas en el pasado mes de noviembre, con un discreto descenso (unas dos mil quinientas personas) que han servido para que la ministra Bañez haya sacado pecho político de forma contenida. Para mayor abundamiento, la mejor cifra en el comportamiento del paro para el mes de noviembre desde 1989 nos trae el reverso de una caída en la afiliación a la Seguridad Social de casi sesenta y siete mil personas y unos puestos de trabajo cada vez más precarios.
En una fecha para la Historia ―así, con mayúsculas― , en concreto el 28 de noviembre del presente año, Ana Botella señaló que «la reforma laboral es lo que más progreso ha traído a la humanidad». Por si la humanidad en general y los españoles en particular, no se han enterado, el gobierno de MR, en su segundo año de mayoría incontestable, prepara una revisión a su Reforma Laboral. El propósito, que consumirá dos millones y medio de euros para que pueda ser conocido por quien viere y oyere, no es otro que dar más facilidades en la contratación, para flexibilizar el mercado de trabajo y combatir el desempleo; para que, en definitiva, se haga realidad ese Móvil Perpetuo de Primera Especie, que cual primer Principio de la termodinámica Laboral pretendía convertir un puesto de trabajo en dos por el procedimiento de reducir los sueldos a la mitad. Sin embargo, el atanor de doble fuego en que se coció la Reforma Laboral debió sobrepasar su temperatura idónea y el resultado ha sido que un empleo ha quedado dotado con la mitad de sueldo y el doble de jornada, amén de una gran cantidad de ceniza en forma de un detritus identificado como ERE, que ha provocado millones de despidos.
A la corriente de reducción del sueldo a la mitad se están sumando un buen número de empresas que hacen ofertas por debajo de lo razonable, para después extraer sus beneficios de los sueldos de sus empleados, mediante una bajada brutal de sueldo, con el añadido del aumento de jornada. Uno de los últimos ejemplos lo hemos tenido en la empresa encargada de la limpieza de la ropa de los hospitales públicos de Madrid. Como dato chocante, la concesionaria de esta contrata es una sociedad dependiente de la ONCE, que se supone debería estar alejada de este tipo de prácticas tan poco solidarias. Como contrapunto, el Gobierno ha puesto al día una normativa europea que permite a la Banca y las grandes empresas disponer de unos 30.000 millones de euros de créditos fiscales que irán a contabilizar como recursos propios. Y, además, hay que temerse que el Ejecutivo deje las manos libres para que las empresas eléctricas vuelvan a subir sus facturas del recibo correspondiente, pues no van a recibir unos 3.500 millones de euros que les habían prometido para reducir el déficit de tarifa que se viene arrastrado desde hace varios años. Evidentemente, el cumplimiento del déficit público, compromiso de graves repercusiones con la UE, es prioritario y, una vez más, su pago correrá a cargo de los que menos tienen: aumento del precio del consumo eléctrico, subida de tasas, retirada de prestaciones por dependencia y desempleo, congelación de pensiones… Son estas políticas, junto a una corrupción desaforada ―somos el segundo país del mundo donde más aumenta la sensación de corrupción― las que ya han logrado que cuatro de cada diez ciudadanos españoles tengan serios problemas para responder económicamente a sus necesidades de energía, alimentación, ocio o educación. Ante un futuro que, en el mejor de los casos, contempla una vuelta a la situación de empleo de antes de la crisis así que pasen veinte años, el millonario ejército de parados dejará de ser «explotado» para descender un peldaño más de este particular infierno socioeconómico y convertirse en «sobrante» (Exhortación Apostólica del papa Francisco Evangelii gaudium. La alegría del Evangelio.53.24-11-2013).