Ánimo: ¡ya podemos dar órdenes a las células!

Lo que está en juego en estos meses de vacunaciones masivas, es algo más que cortar una pandemia plagada de muertes: ¡que ya valdría! Es que vamos a poder usar los medios descubiertos estos meses para iniciar un mundo de salud nuevo: vamos a usar nuestro ARN.

En el siglo pasado ya estaban descubiertas dos cadenas de ácidos (el ADN y el ARN). El ADN se empezó a utilizar muy pronto: es el gran sistema de comunicaciones de nuestras células. La cantidad de pistas que dió a los biólogos para salvar la salud de muchos seres humanos, fue muy importante.

Pero el ARN no nos daba las claves de su existencia. Hasta ahora: justo cuando la mayor pandemia de la Historia nos tiene entre la vida y la muerte cada día de convivencia.

Resulta que el ARN es la pieza celular que da las órdenes a todas las demás piezas del entramado de la célula. ¡Qué descubrimiento histórico!

Si nos inyectan ARN con instrucciones para las demás cadenas celulares para que este virus es un enemigo, todas las células se pondrán en marcha para eliminar ese virus asesino de nuestras células.

Pero esto es lo inmediato, lo que urge, lo que nos confirma esa cadena activa intracelular llamada ARN. Hay más, habrá más: es cuestión de poner personas y recursos a investigar más sobre este componente celular «que da órdenes»

¿Y esas células alocadas que se han convertido en cancerosas? ¿Qué pasaría si tenemos claro el lenguaje para darles la órden de que se porten con «normalidad»? Pues que ese cáncer desaparecería un un tiempo con las células vueltas a una disciplina que (por lo que sea) habían perdido.

¿Y si en el seno materno comprueban que hay errores en algunas células del feto? Pues a poner en marcha un puñado de ARN bien disciplinado para recordar al interior de unas células que están cumpliendo órdenes equivocadas.

De tiempo en tiempo, en la medicina, hay un descubrimiento que sólo la imaginación, el trabajo y los recursos pueden explicarnos hasta donde puedemos llegar.

Estad atentos: ADN y ARN. Ya veréis la contidad de buenas noticias que nos van a deparar.