Real Madrid y Atlético empataron (1-1) en un derbi un tanto soso con un árbitro, Gil Manzano, que se excedió en sacar tarjetas amarillas, y sobre toda la roja a Correa que solo el colegiado puede explicar. Este Gil Manzano, nunca pasa desapercibido. Siempre se erige en protagonista.
Fue un derbi muy chato que quedó en tablas con dos equipos que se respetaron demasiado. Al Real Madrid le faltó ambición pues era el que más se jugaba en su aventura de perseguir y presionar al Barcelona. El Atlético, hizo su partido se defendió bien e incluso se adelantó en el marcador con uno menos. Lo hizo a balón parado. Y, es que en este tipo de jugadas no cuenta la inferioridad numérica. Giménez de espléndido cabezazo batió a Courtois tras centro de Griezman, en el minuto 78.
El empate madridista llegaría siete minutos después y fue obra del joven Álvaro que salió en el segundo periodo. El uruguayo-español, que promete, y mucho, en un saque de esquina botado por Modric, se elevó sobre todos y de cabeza, como mandan los cánones, selló el definitivo empate (1-1). Reparto de punto que no satisface a ningún equipo, y mucho menos al Real Madrid, al que se le vio con resaca tras escribir una página para su historia en Anfield, frente al Liverpool.
Con el empate en el minuto 84 de Álvaro, el Bernabéu entró en ebullición, aun quedaba tiempo pero el Madrid de la liga no es el de Champions. En Europa hay adrenalina por todos los costados, mientras que en la liga hay más pausa y se la toma con más calma. Al menos, en esta ocasión donde el Barcelona, un líder sólido, se puede poner a diez puntos si gana al Almería. Una ventaja que sería prácticamente imposible de remontar, pero como quiera que el fútbol español no deja de sorprendernos, nada es imposible.
El Madrid, mientras que las matemáticas no digan lo contrario, lo va a seguir intentando. Pero si juega como ante el Atletico, está claro que nada conseguirá. La Liga se le está yendo.
El equipo de Ancelotti, pasó casi de puntillas por el derbi, Les faltó profundidad y que sus transiciones fueran más rápidas. Dio la sensación que estaban más cansados mentalmente que físicamente. Vinicius, la chispa y el agitador madridista estuvo muy apagado, sin esa alegría tan suya. Normal, lleva muchos partidos echándose el equipo a sus espaldas.
El Madrid no tuvo pegada ante la resistencia del Atlético. En la primera parte solo un disparo de Asensio obligó a Oblack; y en el bando rojiblanco, Carrasco con un disparo escorado fue la única nota peligrosa de los rojiblancos. Nada de nada sucedió en el primer periodo.
En el segundo tiempo, el Real puso una marcha más pero seguía con imprecisiones y con un juego muy desincronizado. El Atlético, se echó atrás obligado por las circunstancias a las que supo sobreponerse, como fueron la lesión de Reinildo en el primer periodo, que tienen muy mala pinta y a la expulsión injusta y ridícula de Correa en el minuto 64. Una vez más, Gil Manzano se pasó de frenada con el Atlético.
El conjunto madridista estaba tan obtuso que ni contra diez, durante media hora pudo, rascar algo más positivo. Estaban sin las ideas claras y sin ritmo. Al equipo de Simeone, defendiendo como él sabe, le bastó para amarrar un punto que suma en esta liga en la que ya tiene poco que hacer. Su objetivo es asegurarse plaza para la Champions. De momento, la tiene, al ser el tercer clasificado.
Al partido le faltaba marcha y ritmo. Intervinieron los entrenadores. Simeone dio paso a Correa por Barrios y luego más tarde entraron Witsel y Morata por Koke y Saúl. Ancelotti, de una tacada dio entrada a Camavinga,Tchuaméni y Modric para darle más enérgica a su equipo. Y mucho más tarde sacó a Álvaro por Nacho. Cambio que fue providencial.
El Madrid a pesar de jugar con superioridad numérica, seguía sin chispa y muy nublado. Y más aún , cuando llegó el gol visitante. Griezmann enroscó una falta lateral y Giménez embocó de un cabezazo contundente.
El Real, entonces se desmelenó y en el minuto 84, la salida del recluta Álvaro que ya en el Sadar había llamado la atención, dio otro paso adelante en su graduación y marcó un señor gol que empataba la contienda.
Aunque quedaba tiempo, el juego del Madrid sin ningún orden y con mucha precipitación, no dio para más y se cerró un derbi con muy poco fuste. A los madridistas se les va la liga. El Barça puede dar este domingo otro estirón si es capaz de ganar al Almería.